Un avión privado que viajaba de España a Alemania se estrelló en el mar frente a la costa de Letonia. La aeronave partió de la ciudad española de Jerez el domingo por la tarde y se dirigía a Colonia cuando desapareció del radar. Llevaba cuatro personas a bordo.

Las autoridades aéreas se encuentran en proceso de investigación para dar con el paradero de la aeronave Cessna 551 que tuvo el domingo un comportamiento extraño y posteriormente se precipitó frente a la costa de Ventspils, en Letonia. El aparato habría tenido problemas de presión en la cabina y posiblemente un escape de oxígeno.

En ese vuelo viajaban cuatro personas, entre ellas el propietario de la empresa Quick Air, Karl Peter Griesemann, de 72 años, su esposa, Julianne, de 68; y su hija, Lisa, de 26 años. Los acompañaba un cuarto pasajero, de 27 años, pero todavía se desconoce si era allegado de la familia o se trataba del piloto.

La tragedia familiar

La familia regresaba a su casa en Alemania después de haber pasado aparentemente unos días en su casa de campo. La empresa de la familia Griesemann se dedica al transporte sanitario de urgencia, y cuenta con once aviones-ambulancia.

El accidente fue confirmado por la Fuerza Aérea alemana, uno de cuyos Eurofighter “había acompañado a la aeronave” en su trayecto.

Las últimas horas del Cessna

La web Flightradar señaló que la avioneta despegó de Jerez el domingo por la mañana, cruzó el resto de España, luego Francia y más tarde Alemania hasta sobrepasar las costas de Polonia. A partir de ahí siguió rumbo hacia Kaliningrado, Lituania y Letonia, donde cayó bruscamente en el Báltico, posiblemente tras haber agotado todo su combustible.

Antes de caer, la avioneta dio un giro brusco y luego se estrelló a las 19.45 horas. La Guardia Costera sueca desplegó un amplio operativo de búsqueda en la zona con barcos, helicópteros de rescate y aviones de reconocimiento.

La reconstrucción de las últimas horas de vuelo de la aeronave, matriculada en Austria, indican que el piloto alertó sobre la despresurización de la cabina poco después del despegue. Sobre las cinco de la tarde, tres horas antes de que se hundiera en el mar, las autoridades perdieron todo contacto con él cuando sobrevolaba Francia.

El aparato siguió una trayectoria errática, con un par de cambios bruscos en su ruta. Las Fuerzas Aéreas confirmaron que planeó sin lógica alguna hasta que, de repente, cayó en el mar.

Una de las principales hipótesis apunta a que la despresurización se produjo por una grieta o una rotura y que el piloto y los tres pasajeros se quedaron inconscientes debido a la falta de oxígeno en la cabina. Esta circunstancia explicaría que el Cessna navegara luego de manera irregular únicamente con el piloto automático.

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