El plantel de Colón se entrenó este jueves con custodia policial debido a la presencia de barrabravas en la práctica del martes, que derivó en la suspensión de los trabajos de la víspera. Ante esta situación, el presidente José Vignatti pidió "despojarse de hipocresía" respecto del accionar de los hinchas violentos en el fútbol.

Mientras los jugadores volvieron a las prácticas en el predio 4 de Junio bajo las órdenes del técnico Adrián Marini, el presidente Vignatti se reunió con el ministro de Seguridad de la provincia, Rubén Rimoldi, para buscar una solución respecto de la violencia en el fútbol.

"Acá hay que despojarse de hipocresía. Todo el que rodea al fútbol sabe como nosotros (los dirigentes) estamos ahí en el límite y queremos hacer respetar y respetamos todas las instrucciones que nos dan las autoridades", indicó Vignatti al ser consultado sobre una supuesta connivencia dirigencial con los barras.

En declaraciones realizadas a la salida de la sede del Ministerio de Seguridad, el titular "sabalero" añadió que la situación es muy difícil de controlar. "No somos Robin Hood ni nada por el estilo, somos simplemente directivos que van a trabajar ad honorem al club y de tratar (de conseguir) éxitos deportivos", explicó el dirigente.

Vignatti sostuvo que "en el ámbito que se está manejando hoy somos ajenos", en relación a la violencia, y dijo que los dirigentes intentan "colaborar con la Justicia y con la policía". En relación al apriete de los barras contra los jugadores, el presidente santafesino remarcó que "está actuando la Fiscalía" y que los miembros de la comisión directiva deben ser "muy reservados para que las autoridades hagan lo que tienen que hacer".

El dirigente dijo que iba a presenciar la práctica del plantel, avaló la decisión de los jugadores de no entrenarse en la jornada del miércoles y aseguró que la realización del partido contra Argentinos Juniors, prevista para el lunes, no corre riesgos, sólo que la seguridad provincial pidió que se adelante el horario del partido de las 21 a las 17. "En una situación así se han sentido conmocionados y respetamos la decisión de los jugadores, pero no creo que el partido corra peligro", explicó el dirigente.

En tanto, el operativo policial tendrá 470 policías y se le solicitó a Colón que los jugadores locales lleguen y se retiren del estadio en un micro y no en sus vehículos particulares para facilitar su custodia.

La causa judicial es llevada adelante por la fiscal Laura Urquiza, de la Unidad de Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación (MPA), quien ordenó un allanamiento en el predio 4 de Junio con el fin que se secuestren las cámaras de seguridad para intentar identificar a los hinchas violentos.