El analista político Gustavo Marangoni desmenuzó este lunes el escenario político del país de cara a las elecciones del 2023. Por AM750, el politólogo explicó que, comparado con los datos de mediados del año, se puede ver que el “oficialismo está más ordenado y la oposición más desordenada”.

“El Frente de Todos pudo homogeneizar la gestión. No hay distancias insalvables respecto a programas económicos. Hay una mayor tonalidad en las posiciones. Eso se traduce en una suerte de espejo, que te devuelve la imagen invertida. Era tal la interna oficial que cuando bajó el griterío, te das cuenta de que los otros también hablan fuerte”, sintetizó Marangoni.

En este contexto, advirtió que en la actualidad la oposición no solo tiene diferencias entre los espacios que integran la coalición, sino que hay grandes diferencias en las expectativas individuales dentro de cada partido. Alcanza con mirar lo que pase dentro del PRO, donde Patricia Bullrich, Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta tienen sus propias aspiraciones presidenciales.

Al respecto, el analista explicó: “Bullrich hace tiempo decidió pararse en el cuadrante anticristina y entiende que eso le da rédito. Se apoya en los manuales clásicos de la campaña electoral. Busca hablarle a los propios. Mostrarle que es la que está en mejores condiciones de castigar al otro. Y ahí se siente muy bien. Las encuestas de opinión no la dan mal. Obligan a Larreta a sobreactuar algunas posiciones porque piensa que le comen parte del electorado más duro”.

“El oficialismo, con un poco más de oxígeno, tomó cierta iniciativa y tomó el tema de las PASO y la Corte. Antes tenías un interlocutor muy arrinconado. Ahora se lo nota un poco mejor parado, pero ojo, porque hay desafíos, sobre todo en el plano económico, que pueden traer dolores de cabeza”, comentó, en tanto, Marangoni respecto a este nuevo espacio que se abre para el Gobierno.

Y advirtió: “Los oficialismos pierden. Hay ganas de castigar y en Argentina hay motivos. El principal desafío del Gobierno es darle oxígeno a los bolsillos. No puede ir a las elecciones con el 100 por ciento de inflación. Las pierde con facilidad. La gran variable es lo que suceda con la economía. Si sacan un conejo de la galera, un plan que desindexe la inflación, las posibilidades crecen”.