La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) redujo sus proyecciones para la economía mundial a causa de las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania, y advirtió por las “presiones inflacionarias” que genera el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. En ese contexto concluyó que Argentina, al igual que los demás países de Latinoamérica, no escapará del ciclo económico y la menor demanda de las naciones desarrolladas: si bien la OCDE mantuvo el crecimiento proyectado para la Argentina en 3,6 por ciento para este año, para 2023 sería un casi nulo 0,4 por ciento, en lugar del 1,9 por ciento que estimó con anterioridad. Vale recordar que para el mismo período, otros organismos, como el FMI, habían estimado una mejora de 3 por ciento para el PBI argentino. 

De forma similar, la organización con sede en París elevó las previsiones de inflación del país de 60,1 por ciento para 2022 y 50,6 para 2023, a 92,0 y 83,0, respectivamente.

En su nuevo informe de “Perspectivas Económicas”, el organismo mantuvo una proyección modesta de crecimiento mundial de 3 por ciento para este año y lo situó en 2,2% para 2023, es decir, 0,6 puntos menos que su anterior informe de junio, lo que representa una merma en el producto cercana a los US$ 2,8 billones. 

“La guerra ha empujado a los precios de la energía, especialmente en Europa, agravando las presiones inflacionarias en un momento donde el costo de vida ya estaba creciendo rápidamente en el mundo debido a los impactos de la pandemia de Covid-19”, explicó la OCDE. Del mismo modo, subrayó que la inflación en el mundo se encuentra en “niveles que no se veían desde la década de 1980” y ha comenzado a impactar más allá de los alimentos y la energía, lo cual ha forzado a los bancos centrales “a endurecer sus políticas monetarias más rápido de lo anticipado”, lastrando la actividad en el proceso, pese a que la OCDE recomienda continuar con estas medidas.