Las tomas en los colegios mostraron una revitalización del compromiso político de los jóvenes. En una época marcada por los discursos antipolítica que apuntan a uno de los sectores más relegados del sistema, chicos y chicas de todo el país demuestran que también hay una apuesta por la unión y la lucha colectiva. Organizados en centros de estudiantes y federaciones secundarias, resisten los embates de gobiernos que se inclinan a la derecha ante el peso de las encuestas, y proponen otros enfoques para dar respuesta a sus demandas. Página/12 entrevistó a dos de las principales referentes del movimiento estudiantil, para saber qué dicen y cómo piensan los jóvenes que quieren “cambiar nuestro presente para mejorar el futuro”.

"Se había planchado muchísimo el centro, había caído mucho la participación durante la pandemia". La que habla es Valentina Bonelli, presidenta del Centro de Estudiantes del Lengüitas desde junio, cuando la agrupación que formó con otros compañeros, la Güemes, ganara las elecciones. De los años previos a la virtualidad, solo quedaba una agrupación y "a la gente ya no le interesaba lo que se discutía en asambleas", afirma.

Una situación parecida advierte Florencia Aviles Bernat, coordinadora del Centro de Estudiantes de la Escuela Artística Manuel Belgrano. "Venimos de que primero, segundo y tercero no tuvieron un proceso de ver cómo funciona un centro. No sabían ni cómo hacer una asamblea, se paraban cuando tocaba el timbre del recreo", recuerda. En este sentido, señala que el reciente conflicto con el Ministerio de Educación porteño despertó el interés en los más jóvenes: "Los pibes quisieron meterse más, integrarse al centro, dar las discusiones. Lo que le pasó al Lengüitas y al Acosta con la policía también generó un sentimiento común de enojo y cansancio".

El año pasado, las restricciones por Covid-19 dificultaron la dinámica del centro, con burbujas que dividían asambleas. Pero Bernat observa un compromiso creciente del estudiantado: "Más allá de los reclamos urgentes, hay un interés de los pibes por la militancia. Yo en un mes me voy del colegio, pero veo la solidaridad entre los que se van y los que se quedan".

El fenómeno Ofe

Uno de los rasgos más sobresalientes de esta nueva camada de militantes es la fuerte presencia de mujeres en la conducción de los centros. Cerca del 90 %, de acuerdo con cifras difundidas por la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB). Por esta razón, la masiva concurrencia al Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias obstaculizó la continuidad de las medidas de lucha: "Esto se discutió en la CEB. Si las pibas no estábamos al frente, había muchas posibilidades de que la toma se cayera", señala Bernat.

"Las mujeres participando en los centros es un legado muy fuerte que dejó el fenómeno Ofe en 2018", comenta Bonelli. Y afirma que "la juventud pasó por una oleada feminista que cambió muchísimo toda la forma de pensar. En primer año sí algunos compañeros me discriminaban por ser mujer y estar en el centro, hablar en asambleas, tener el pañuelo verde. En los años siguientes hubo un cambio muy grande y ya no pasa". La estudiante destaca que "aunque "tenemos que seguir luchando por nuestro espacio, la generación de ahora está más dispuesta a escuchar a las mujeres".

La nueva derecha y la falta de representación

¿Hay un auge de la derecha libertaria entre los jóvenes? Ambas lo niegan. "Ese discurso sale en medios hegemónicos que van a tratar de imponer ese perfil de la juventud. Existen jóvenes de derecha, pero no son tantos como dicen", sostiene Bernat. Y argumenta: "Hace unas semanas pasó lo de Cristina y salió la juventud a la calle. No esta todo perdido. Hay una juventud que quiere cambiar las cosas. Asi no seas kirchnerista, a muchos les pasó que entendieron que con la democracia no se puede jugar. El nunca más es nunca más. No importa de qué partido seas".

Para Bonelli, los centros de estudiantes tienen la función de explicar "el peso de los hechos históricos" a las nuevas generaciones. "Me sorprendió que chicos que no habían pensado la política y repetían lo que les decían en casa se fueron interiorizando con la toma. Es ir formándose sobre la marcha. Todo sirvió para que mucha gente escuche otras voces y que se puedan cuestionar ciertas cosas", afirma.

En este sentido, las estudiantes señalan que "faltan más referentes de la juventud", un espacio que las nuevas derechas explotan para capitalizar la falta de respuestas de la conducción política. "Ofelia tiene políticas para la juventud porque viene de una militancia estudiantil", indica Bonelli. Y destaca que en actividades con exintegrantes del centro "ves que los pibes se sienten representados por esa persona. Para nosotros, eso es un referente, aunque no tenga un cargo. Entre compañeres somos referentes de nosotres".

"Nos dicen que somos el futuro pero en realidad somos el presente, y queremos cambiarlo para tener un futuro mejor. Los candidatos que se presentan a elecciones pueden apoyar algunas ideas, pero no es lo mismo que una persona que limitó en su centro hace poco y conoce la realidad", sostiene Bernat.


Informe: Diego Castro Romero