El 17 de octubre es para el peronismo, y sobre todo para el Movimiento Obrero Organizado, una fecha fundacional, el origen de nuestra identidad política. Ese día, sus trabajadores y dirigentes comprendieron que defender a Perón era defender los derechos conquistados desde la Secretaría de Previsión y Trabajo durante los últimos dos años; a partir de esta fecha los trabajadores y trabajadoras abrazamos de una vez y para siempre al peronismo como el movimiento político que nos iba a representar y a defender en un mundo donde el sistema capitalista y su afán de maximización de ganancias desbocado, precisaban necesariamente una fuerza que equilibrara esa balanza desigual.

El peronismo ya estaba latente entre Perón y la masa, pero emergió aquel 17 de Octubre de 1945 poniendo en la discusión nacional un sujeto que hasta ese entonces carecía de representación auténtica e indiscutida: el trabajador organizado. La historia fue contada mil veces, pero no por eso es menos interesante; la agitación comenzó en las localidades fabriles del Gran Buenos Aires, y pocas horas después la masiva concentración popular en la Plaza de Mayo desbordó el centro porteño. Las negociaciones permitieron a Perón recuperar su libertad y el control del gobierno para luego imponerse en elecciones. El 17 de octubre representa la lealtad de los trabajadores con su conductor. Esta manifestación popular no fue organizada ni preparada con anterioridad; el coronel había pedido a los trabajadores que no hicieran nada: “Del trabajo a casa, de casa al trabajo”. Sin embargo, miles de trabajadores salieron a las calles por su líder, dando nacimiento a un movimiento que, más de 70 años después, sigue vigente.

Para nosotros, como representantes de la Juventud Sindical es el día de los trabajadores, y nos representa mucho más que el 1° de mayo, que es a fin de cuentas una fecha importada, vinculada a un conflicto de trabajadores lejano a nuestra realidad nacional. Nuestro Día del Trabajador es el 17 de Octubre. La gesta del 45 marca un antes y un después en la historia argentina, el peronismo comienza a tomar forma, el movimiento obrero adquiere otra representatividad y un verdadero centralismo, hasta el momento inexistente.

Mucho ha pasado desde aquella memorable fecha y más allá de los vaivenes de la historia política nacional, el movimiento obrero sigue levantando las tres banderas eternas del peronismo: justicia social, independencia económica y soberanía política. Somos conscientes de que para intervenir en el presente necesitamos conocer la historia, por eso creemos que es fundamental para las nuevas generaciones recuperar nuestra doctrina.

Los tiempos que atravesamos son complejos. La destrucción del tejido productivo de la que hemos sido testigos durante el gobierno de Macri, el impacto de la pandemia en la economía y como si fuera poco la guerra en Ucrania que, aunque lejana a nuestro territorio, tiene un impacto en la economía global, junto al flagelo de la inflación -que ningún gobierno logra contener-, son factores que continúan deteriorando las condiciones de vida del pueblo.

Los que nos formamos en el peronismo sabemos que otra Argentina es posible, que otra Argentina fue realidad. Es por eso que este año relanzamos la Escuela Superior de Formación Peronista, con el objetivo claro de recuperar la escuela original fundada por Juan Domingo Perón en 1951. En ella intentamos volver a mirar la historia, la filosofía y la doctrina política, social y económica que dieron sustento a nuestro movimiento.

La capacitación continua es necesaria y debemos instrumentarla de modo que la actualización doctrinaria que proponía Perón se haga carne en nuestros proyectos e ideas. Volver a Perón, es una tarea tan necesaria como clarificadora, en momentos donde las ideas políticas sólidas y consistentes parecen haberle dejado el paso a asuntos efímeros como tuits, videos de un minuto y discursos a los gritos que no dicen nada.

El presente de nuestro país nos impacta de manera directa porque el 49,6% de jóvenes en Argentina de 15 a 29 años son pobres. Si son pobres es porque no tienen trabajo o sufren la precarización laboral. Este simple dato pero crítico nos convoca a hacernos cargo como jóvenes del movimiento obrero, a interceder e interpelar a las distintas áreas de la política para que no solo escuchen nuestros reclamos sino también nuestras propuestas por esa Argentina que soñamos.

Necesitamos que el trabajo vuelva a ser el ordenador de la comunidad, por esa razón queremos un modelo económico pensado para una Argentina industrial, que produzca y se desarrolle al mismo tiempo que cada trabajador junto a su familia logren realizarse, educando a sus hijos en un mundo que día a día exige más acceso al conocimiento para las actuales y futuras fuentes laborales, evitando así el descarte más peligroso: el humano.

Desde la Juventud Sindical no venimos a poner palos en la rueda en un contexto como el que estamos atravesando, pero debemos reflexionar sobre el país que queremos y hacia dónde vamos si las decisiones se siguen tomando desde la individualidad de ciertos actores políticos, contemplando que aquellos que tengan la responsabilidad de ejercer un cargo ejecutivo efectivamente representen los derechos y necesidades de nuestro pueblo. Algunos desajustes cuyas consecuencias ya hemos experimentado a lo largo del 2022 nos tienen que servir para pensar si queremos un 2023 con representantes del movimiento obrero que comprendan con claridad los problemas de los trabajadores y trabajadoras.

Como venimos expresando cada vez que tenemos la oportunidad, entendemos que desde hace bastante tiempo el sector sindical ha dejado de ser un factor de poder para transformarse en un factor de presión, y de una vez por todas queremos dar vuelta esa ecuación que tantos malos resultados nos ha arrojado en los últimos años, le pese a quien le pese. Es por todo lo dicho anteriormente que, recordando al subsuelo de la Patria sublevado, como dijera Scalabrini Ortiz, saludamos a los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, a los jóvenes que pese a todo sueñan con un mañana luminoso, el cual encontraremos siendo leales a una doctrina que trasciende los tiempos, la peronista, la que Perón y Eva nos dejaron como legado para la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación.

(*) Secretario de la Juventud CGT y Secretario Gremial La Fraternidad.