Su cuerpo está lleno de polvo de la tierra que sale probablemente de la plaza en la que amaneció dormido. La noche anterior estuvo “consumiendo”, dicen habitantes de la zona que lo ven siempre con un grupo de entre 10 y 15 chicos que no tienen más de 17 años y que, según afirman los vecinos, son de comunidades originarias. Él, el niño que aparece dormido en una imagen que captó una vecina en horas tempranas de la mañana, no tiene más de diez años. La plaza en la que pernocta se llama Memoria, Verdad y Justicia.

El contexto de la imagen es explicado por la ocasional fotógrafa de General Mosconi, municipio del departamento San Martín. Ella suele ver al grupo de chicos y chicas que van a las plazas a la noche a armar un fogón y consumir la pasta base que les proveen a 100 pesos cada paquete. “Dicen que eso les alcanza para dos fumadas. Y algunos consumen hasta 12 por noche”, contó la vecina a Salta/12. Pidió mantener su identidad en reserva ante las probables persecuciones y reclamos que sufren quienes denuncian este tipo de flagelos.

Los chicos se reunían primero en la Plaza Virgen de Fátima. Pero cuando las comunidades indígenas lograron erradicar a quien vendía la droga (suelen quemar los puestos de venta), la concentración de todas las noches se trasladó a la otra plaza que se encuentra a 30 metros de la ruta nacional 34, cercana a una estación de servicio.

“Ellos piden en los semáforos”, sostuvo la mujer. Y algunos “ya empezaron a robar”, añadió. 

Víctor Rojas, cacique de la comunidad wichí Tres Paraísos de Mosconi, dijo a Salta/12 que varios referentes originarios tienen "conocimiento de chicos con problemas de adicciones y alcohol que tienen entre 8 y 12 años. Y nosotros siempre solicitamos al Estado que intente ayudarnos. Pero no tenemos respuesta”, lamentó. 

Añadió que muchos de esos niños tienen padres que no tienen acceso a beneficio social alguno. Otros, no tienen padre ni madre y están con sus parientes pero sin el cuidado suficiente. La falta de trabajo, un ancla inamovible en la zona norte, es un problema. Y afirmó que en la misma escuela no tienen seguridad dado que muchas veces es donde consiguen las sustancias. “No hay control en los boliches, negocios o farmacias donde los chicos compran alcohol”, afirmó.

Agregó el caso de niños que fueron judicializados y “los soltaron y siguen en la calle. Duermen en la estación de servicio”.

Se quejó también de la omisión del Estado en cuanto al tema de la seguridad. “Nunca pudimos hablar con el ministro de Seguridad (Abel Cornejo), no tenemos diálogo”, pese a que solicitó su atención en este tema.

Tampoco llega ayuda desde Educación. El cacique afirmó que desde “hace seis o siete años se abrió un expediente para hacer el anexo de las escuelas para las comunidades”, pero la obra no se concreta. Es que algunas comunidades están a 4 o 6 kilómetros del establecimiento de referencia y eso significa que los chicos y chicas tengan que cruzar la ruta, con el riesgo que conlleva. En este punto, Rojas afirmó que el Ministerio de Educación tiene disposición pero desde el municipio a cargo de Isidro Ruarte no hay respuestas. Mientras tanto una gran cantidad de niños “no van a la escuela”, aseguró.

El Estado y sus respuestas

La Secretaría de Salud Mental y Adicciones derivó la consulta de Salta/12 sobre el tratamiento de estos temas a la Secretaría de Niñez y Familia y a la de Asuntos Indígenas.

En Niñez y Familia, la jefa del Programa “Unir”, Belén Chalup, fue la designada. La funcionaria, que trabaja dentro del programa con un grupo de personas que se encuentran con contratos en calidad de monotributistas, explicó que se aborda la situación del grupo etáreo que va hasta los 8 años. “La base de trabajo es la promoción y prevención con prácticas de cuidado mediante talleres en vínculo con madre y padre, salud, alimentación, adicciones, escolaridad, etcétera”, contó.

Incluso subrayó que hay situaciones puntuales que se tramitan, como la necesidad de los DNI y toda otra documentación necesaria para acceder a beneficios.

Reconoció que en el marco de estas actividades la comunidad “solicitó también apoyo por las adicciones”. El pedido fue derivado a la delegación municipal de la Niñez y al Centro Comunitario Familiar de la Municipalidad. Chalup sostuvo asimismo que en su momento también se convocó a la población a talleres para promoción de prácticas de cuidado y prevención de adicciones pero siempre desde una mirada más abarcativa y “respetando la interculturalidad sin ser invasivos”. Incluso dijo que en su momento “habíamos logrado que no haya nadie en los semáforos y en caso de que ello ocurriese que den aviso inmediato” desde los dispositivos institucionales más cercanos a este sector.

Por su parte, en Asuntos Indígenas se aseguró que se realizan talleres de prevención de adicciones en distintas comunidades indígenas del norte provincial e incluso se realizó uno en Mosconi. En junio pasado, se emitió un comunicado de prensa en el cual se sostuvo que agentes y funcionarios de la Secretaría de Asuntos Indígenas, en un trabajo conjunto con efectivos de la Dirección de Drogas Peligrosas de la Policía de la Provincia, concretaron talleres con representantes e integrantes de comunidades originarias sobre la prevención de adicciones. Las actividades se desarrollaron en dos comunidades de Mosconi y contaron con la participación del vocal del IPPIS por el Pueblo Wichí, José Rodríguez”.

El primer taller “se dictó en la comunidad Tres Paraísos y contó con la participación del cacique y referentes de unas doce comunidades aledañas, junto a otros miembros de esas poblaciones, quienes manifestaron su preocupación por esta problemática. La segunda actividad se desarrolló en la escuela de la comunidad Misión Wichí (wichí Tolaba), y contó con la participación de referentes de ocho comunidades cercanas, padres de los alumnos y docentes de la institución”, se indicó.

En cuanto a al Ministerio de Salud, se pudo conocer que en el Hospital de Mosconi hay una sola psicóloga. El recurso para la salud mental (que abarca la prevención de las adicciones) no abunda. En los hospitales de Orán y Tartagal tienen al menos tres psicólogas y una asistente social o más. Aguaray, Pichanal y Embarcación cuentan con un personal en psicología. Solo hablando de la zona norte provincial, no cuentan con el servicio en Rivadavia Banda Sur, Colonia Santa Rosa, Santa Victoria Este, Hipólito Yrigoyen, Salvador Mazza, Morillo, Urundel y La Unión.