Con transpiración en la cara, con botellas de agua en la mano, bajo un sol ardiente, con el aire que quemaba la piel, miles de mujeres marcharon ayer desde la plaza San Martín hasta el Parque del Monumento a la Bandera para reclamar el fin de las violencias machistas. Fue una movilización repleta de obstáculos: en la esquina de Balcarce y Rioja, una manifestante de Ciudad Futura fue embestida por un auto, y su conductor quiso pegarle. Sus compañeras retuvieron al agresor y todo terminó en la comisaría 2°. Más tarde, pasadas las 19, cuando las columnas llegaron al Parque, en el escenario no se podían usar los micrófonos porque se había cortado la luz. Pasadas las 20, hubo sonido para leer la proclama consensuada por todas las organizaciones que forman el Comité de Articulación Lesbotransfemista Rosario. "Este día de lucha nos encuentra en un contexto mundial y nacional donde las derechas articulan discursos de odio y en contra de nuestros avances y derechos. No daremos ni un paso atrás, vamos a defender nuestras conquistas", leyeron desde el escenario, donde más tarde tocó Chiquita Machado para darle un final festivo a una jornada de lucha. 

El calor oprobioso se podía ver en las caras y aun así, algunas tenían fuerzas para llevar alzados sus carteles hechos a mano: "Jueces machistas imparten justicia machista", decía un cartel negro escrito con letras blancas. La marcha fue encabezada por la bandera violeta que decía: "25 N. Día Internacional de la No Violencia contra mujeres, originarias, afros, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y no binaries", sostenida por referentes feministas del Comité. 

"Sin independencia económica no hay salida del círculo de la violencia", era la bandera blanca con letras negras que sostenían militantes de La Poderosa, todas vestidas con remeras rojas y con vinchas orladas con plumas violetas. Muchas de esas remeras tenían una inscripción: "Trabajadoras de la triple jornada", en relación a la realización de trabajos remunerados, cuidados familiares y también comunitarios. "Marchamos porque no queremos más femicidios, y desde el dispositivo de la Casa de las Mujeres y Disidencias de barrio Los Pumitas nos encontramos con trabas y fallas en las respuestas del estado. La falta de soluciones habitacionales y de independencia económica hacen que cueste el doble encontrar soluciones", expresó Georgina Mansilla, referente de La Poderosa y aseguró que "la violencia de género sucede en toda la sociedad, pero en los barrios populares hay un montón de violencias que nos atraviesan, como no tener los derechos básicos garantizados". 

Colectivas feministas, organizaciones políticas y estudiantiles, como la Federación de Estudiantes Secundarios, fueron algunas de las columnas que nutrieron la marcha. "Destruye el patriarcado, no el planeta", era otra de las pancartas artesanales levantadas por una manifestante. En las columnas de Amsafé Rosario, algunas consignas hacían alusión a la violencia urbana. "Basta de matar a nuestrxs alumnxs", era una pancarta repetida. 

A lo largo de la marcha -por ejemplo, en la columna de La Cámpora- hubo cánticos alusivos al intento de magnifemicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que también fue aludido en la proclama. "Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar", gritaban las compañeras mientras en la columna de Mujeres Sindicalistas, una de ellas llevaba un cartel -también hecho a mano- que pedía "Destitución del diputado Sánchez por pedir la muerte de Cristina en tiempos de tanto femicidio y violencia de género", con una foto en blanco y negro de la vicepresidenta.  

Como siempre, hubo bengalas violetas y verdes. Antes de llegar al Parque, frente a la Catedral, la marcha detuvo su marcha para reclamar, una vez más, que "los curas se vayan a laburar", teñidas de humo verde. 

Ya en el Parque, la secretaria de organización de la CTA Autónoma de Rosario, Liliana Leyes, manifestó su preocupación por la deficiente organización del operativo a cargo de la Dirección General de Tránsito, que depende de la Municipalidad. Aseguraron que hubo efectivos varones -cuando se habían pedido mujeres- y que no cubrieron las calles laterales para impedir incidentes. "Desde el Comité formamos una comisión de Seguridad, y confiamos en las garantías que nos dieron las funcionarias sobre el operativo. Creemos que todos estos inconvenientes son a propósito, contra nuestra organización lesbotransfeminista", consideró Leyes.

Cuando volvió la energía eléctrica, fue el momento de leer la proclama, que repudió a "este poder judicial que revictimiza y violenta. Queremos una justicia con perspectiva de género", además de pedir "reforma Judicial Transfeminista Popular e Interseccional". 

Uno de los primeros reclamos contenidos en las tres páginas de proclama fue el "cese del hostigamiento a nuestra compañera Nadia Shujman. Basta de violencias simbólicas, económicas y persecución judicial, política y mediática a quienes trabajan por la verdad y la justicia".