El Área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Salta, a cargo del fiscal federal Ricardo Toranzos, concretó el jueves último la reconstrucción parcial del secuestro extorsivo del empresario del transporte Víctor Giménez, ocurrido el 30 de noviembre del año pasado, en el marco del juicio oral y público que se sigue por ese hecho a cuatro hombres. 

Los acusados por el secuestro extorsivo son los hermanos Mario y Franco Campos, Ezequiel Toledo y Héctor Rodríguez. A Mario Campos y a Toledo también se los juzga por resistencia y atentado a la autoridad. Y los cuatro enfrentan una demanda civil por 4 millones de pesos, en concepto de daño psicológico y psiquiátrico.

El fiscal, que había requerido la reconstrucción desde que se elevó el caso a juicio, encabezó la reconstrucción, acompañado por la auxiliar fiscal Carolina Aráoz Vallejos y el Investigador Nicolás Dubois.

La reconstrucción se hizo sobre los tramos principales del secuestro y despertó la curiosidad de los transeúntes por el despliegue de fuerzas de seguridad en el traslado de los acusados, las partes y el tribunal.

Giménez, de 77 años, fue secuestrado el 30 de noviembre de 2021 en la avenida Ragone, a metros del cruce con la ruta provincial 26, en la zona sudeste de la ciudad de Salta. A media mañana, cuando el empresario conducía su camioneta Mercedes Benz con destino a la empresa El Cóndor SA, de la que es propietario, fue detenido por un policial falso armado por Mario Campos y Toledo. Los hombres lo redujeron y lo trasladaron a una vivienda en el barrio Los Paraísos, en las inmediaciones, donde lo mantuvieron cautivo hasta acordar el pago del rescate, que se pactó para las 20.30 en la misma zona del secuestro.

El juez Domingo Batule y Giménez, en el punto del falso retén. 

En una tarea conjunta con el fiscal provincial Ramiro Ramos Ossorio, en ese lugar fueron detenidos Franco Campos y Rodríguez, que habían ido a buscar el dinero mientras los otros dos deambulaban por la zona con Giménez, en la camioneta del empresario. El vehículo fue detectado por la policía, se inició una persecución que concluyó con el vehículo estrellado contra una casa. Giménez fue rescatado en ese momento, mientras que Mario Campos y Toledo se fugaron siendo detenidos al otro día. 

En un primer tramo, la reconstrucción judicial se concentró en la avenida Ragone, donde el empresario fue reducido. Allí, Giménez representó el relato que ya había dado al declarar. De acuerdo con la fiscalía, esta instancia desvirtuó la coartada que brindó Mario Campos, que trató de desvincular del hecho a su hermano y a Rodríguez, su tío, quien se negó a participar de la reconstrucción. Mario Campos, que se reconoció el líder de la banda, aseguró que solo intentaban robar la camioneta, para la cual ya tenían un comprador.

Posteriormente, el tribunal y las partes se dirigieron a una casa precaria, de una sola pieza de bloques de cemento, donde el empresario repasó el tiempo que estuvo cautivo y brindó detalles más precisos de su cautiverio. Describió la intervención de cuatro personas, lo ayudaron cuatro policías que representaron a los captores. Explicó que durante su permanencia en ese lugar lo obligaron a negociar, arma en mano, el pago de rescate. El pago fue acordado con uno de sus hijos, a partir de un libreto guionado por los imputados.

Al salir de la pieza, en la cual dijo que había creído que iba a morir, Giménez se mostró afectado por volver al lugar donde estuvo cautivo.

Por último, la comitiva se trasladó nuevamente a la avenida Ragone, pero del otro lado de la ruta 26, detrás de una estación de servicio, lugar donde Franco Campos y Rodríguez se instalaron a la espera de que llegara el pago de rescate. Aquel dia, un cabo de policía iba a representar a un empleado de la empresa de Giménez llevando el dinero pero la inesperada intervención de un patrullero que no era parte del operativo de rescate frustró la operación. Es que estos policías vieron que el auto en el que iban Campos y Rodríguez tenía la chapa patente cubierta y los detuvieron.

En este punto la reconstrucción de ese momento se hizo con los policías que intervinieron y con actores que representaron a los acusados, y la fiscalía aseguró que esta medida permitió corroborar los dichos de los testigos, y debilitó la declaración de Franco Campos, quien insistió en que no sabía nada y que solo fue al lugar con su tío a recibir un dinero, tal como se lo pidió su hermano mayor.

Después de esta medida de prueba, se prevé que la etapa de alegatos del juicio comenzará se llevará a cabo el 7 de diciembre próximo.