“Escenas nocturnas surrealistas de colosales –y traumatizantes– juegos para niños en plazas de Japón son el tema recurrente del fotógrafo freelance Kito Fujio. Curiosamente fascinado por juegos que acaso fueran más adecuados en parques de esculturas de arte contemporáneo que como lúdico y público entretenimiento para purretes”, anota el sitio Messy Nessy al presentar el “extrañamente subestimado arte de los playgrounds nipones”, rescatados por el mentado Kito en su cementicia magnitud. Donde gigantes langostas o enormes gallinas, elefantes, lobos marinos, pulpos, cisnes, peces, osos panda, lagartos o ballenas ofician de toboganes, arcos para trepar, mini-túneles, hamacas, entre otras bondades zoomorfas. Sin dejar de mencionar el ocasional teléfono, zapatón, avión, mega robot o diablo, tan architecture canard, emplazados ellos con deslizadores a lo largo y ancho de Saitama, Chiba, Tokio, Nagano, Osaka, Hokkaido, Gunma, entre otras coordenadas de Japón. Todos retratados por Kito por las noches, iluminando interior y exterior de las monstruosas estructuras, sin niños al acecho.