¿Cómo dialogan Un crimen argentino, recientemente reeditada, y No pidas nada?

–Las dos novelas tiene un personaje en común, Mariano Márquez, que aparece en mis tres novelas. Es como un “héroe maldito”, un personaje que me viene acompañando y que fue creciendo. En No pidas nada, Mariano Márquez tiene quince años más que en Un crimen argentino. Escribo historias violentas y no puedo decir mucho más que eso. Ojalá que también dialoguen en el sentido de que sean historias entretenidas, ojalá que pase eso. Me siento aprendiendo en la literatura, la verdad. En el periodismo estoy un poquito más armado porque son muchos años de laburo. Pero en la literatura, en la narrativa, siento que estoy aprendiendo. De hecho, he trabajado mucho No pidas nada con una primera edición que hizo Betina González y después con los editores de Alfaguara.