El director de la central nuclear de Fukushima, al noreste de Japón, anunció haber enviado esta semana un robot al interior de uno de los reactores dañados tras el tsunami de hace seis años, pero el primer examen no permitió ver el combustible fundido. El aparato teledirigido, de 30 centímetros de largo y 13 de ancho, hermético y equipado con una cámara, fue concebido especialmente por el grupo Toshiba y el Irid, una estructura especial de investigación y desarrollo de tecnologías específicas para las intervenciones necesarias en Fukushima Daiichi, central nuclear puesta en peligro tras el tsunami del 11 de marzo de 2011. “El objetivo de la inspección inicial era introducir al robot en la estructura de contención, y hemos observado sobre todo la situación del interior”, sin llegar a ver los restos de combustible, explicó un responsable de la compañía Tokyo Electric Power (Tepco). La compañía temía que el robot no pudiera avanzar tanto como se esperaba debido a los daños internos, pero la operación pudo llevarse a cabo “en gran parte como previsto”.