Hace unos días el banco central anunció el lanzamiento de una nueva moneda, el Certificado Electrónico para Depósitos e Inversiones a Plazo (Cedip) que comenzaría a instrumentarse en julio para terminar de implementarse en noviembre de este año. Se trata de la posibilidad de usar los depósitos a plazo como una nueva especie de dinero, al permitirse transferir parte de ellos en cualquier momento. En los hechos, funcionaría como una moneda que paga interés (en el caso de un Cedip asociado a un plazo fijo tradicional) o que directamente está indexada por precios (en el caso de uno asociado a los plazos fijos uva). El objetivo es disminuir la demanda de dólares al crear un instrumento en pesos que sirve para ahorrar, fijar precios a largo plazo, realizar pagos, etc.

El Cedip deberá enfrentar la probable resistencia de los bancos a su difusión, con la que ya chocan instrumentos como los plazos fijos uva. La razón es que si puedo usar un depósito remunerado a plazo para hacer transacciones, no hay incentivos a tener plata en una caja de ahorro o cuenta corriente como reserva para operar. Más conveniente es tener todos los fondos en depósitos a plazo y transferir Cedip cuando preciso liquidez para realizar alguna operación. Es por ello que la difusión del uso del Cedip puede terminar por cambiar la composición de los ahorros bancarios disminuyendo los depósitos no remunerados a favor de los sí lo son, generando un incremento en los costos de los bancos. Esa es la razón por lo que instrumentos como el Cedip suelen contar con escasa difusión por parte de las entidades bancarias hacia sus clientes, aún cuando - en un mediano plazo- podrían ser un incentivo a incrementar la bancarización al retener fondos que, en otro caso, se volcarían a activos en dólares fuera del sistema.

El uso del Cedip podría ser estimulado con ciertas regulaciones sobre la compra-venta de propiedades que obliguen a que sean realizadas mediante transferencias bancarias, en lugar del uso de efectivo. De esa manera, las transferencias de Cedip pueden difundirse como el instrumento de pago en ese mercado y, en un plazo más largo si su uso se difunde suficientemente, terminar siendo una unidad de referencia para los valores inmobiliarios (como lo es la Unidad de Fomento en Chile, equivalente a un Cedip con referencia en un plazo fijo uva). También regulaciones sobre el mercado de bonos que se utiliza para operar con dólares financieros que tiendan a incrementar el margen entre la cotización de compra y venta, puede estimular a que muchas operatorias internas dolarizadas puedan volcarse hacia los Cedip.

Donde no tendrá un impacto significativo es en el mercado informal, donde ante la elevada inflación y la imposibilidad de bancarizar dinero no declarado, el dólar seguirá reinando. Para competir con un instrumento en pesos en ese mercado, debería generarse una emisión en papeles de los Cedip, hecho que por el momento no esta en la agenda del banco central pero que debería explorarse más adelante.

@AndresAsiain