"Por medio de este escrito quisiera representar brevemente el trabajo que realizamos en la Maternidad Provincial 25 de Mayo, ya que considero, según los últimos hechos, que es necesario expresarme sobre una institución médica de referencia provincial, en la que como profesionales nos desempeñamos según protocolos de distintas sociedades y organizaciones médicas tanto nacionales e internacionales.

Somos un grupo de profesionales de distintas disciplinas que, acompañados por personal de distintos sectores, buscamos ofrecer una atención de calidad, no solo desde lo científico sino también desde lo humano. Fuimos capacitándonos para especializarnos en distintas necesidades por lo cual cubrimos no solo controles de embarazo de bajo riesgo en las últimas semanas de embarazo, sino que también atendemos y nos especializamos en atención de embarazos de alto riesgo, siendo el centro de mayor complejidad de la provincia para tal fin, por lo cual recibimos la demanda tanto de la parte pública como privada. Los embarazos de alto riesgo son aquellos en los cuales una condición de la madreo del feto, representa un riesgo de morbilidad o mortalidad, y por ello requiere una atención más especializada y estricta.

Específicamente en obstetricia, desde la atención médica, estamos capacitados para desempeñarnos según protocolos como en otras instituciones del país y del mundo. Contamos con la disposición operativa necesaria para ello, coordinando, planificando y realizando seguimiento de patologías complejas con riesgo de vida tanto para la paciente como para el feto. Realizamos alrededor de 2500 consultas anuales en nuestros consultorios de alto riesgo, distribuidos según patologías para una atención personalizada.

Esto, nos lleva a un seguimiento que permita captar complicaciones que muchas veces se pueden predecir al realizar controles más estrictos, para lo cual también es importante la colaboración de las pacientes en el cumplimiento de las indicaciones médicas. A pesar de esto, de la atención especializada y la voluntad por ofrecer una medicina basada en evidencia y de calidad, no estamos exentos de tener resultados adversos en nuestra atención. Por ejemplo, una paciente que cursa su embarazo con diabetes pre gestacional tiene un riesgo aumentado entre 4 y 5 veces de mortalidad fetal, triplica el riesgo detener emergencia hipertensiva o compromiso de órganos vitales. Si a esto le sumamos que la paciente no realice los controles en los periodos indicados o no cumpla las indicaciones médicas, es una combinación de condiciones y contextos en las que ningún protocolo podría evitar una muerte fetal o riesgo de vida de la madre por complicaciones que muchas veces son impredecibles, como por ejemplo el desprendimiento placentario o emergencias hipertensivas.

Dentro de estos consultorios especializados según patologías, con mucho esfuerzo se erigió el consultorio para atención de diabetes y embarazo, en el cual se brinda una atención integral con distintos profesionales como obstetras, endocrinólogas, cardiólogos, diagnóstico por imagen y las disciplinas que sean necesarias según cada paciente, interactuando con interconsultas constantes con otros centros cuando es necesario. Constituye un dispositivo de referencia en la provincia, tanto en la parte pública como privada, cuando en dichos centros no se cuenta con la tecnología y especialización con la cual si contamos en la Maternidad Provincial.

Recepta alrededor de 800 consultas anuales, en las que las pacientes tienen acceso a todas las medicaciones y recursos necesarios para su atención, y de no tenerlo disponible se coordina con otros centros o el ministerio de salud para tal fin. La obstetricia es una especialidad médica más expuesta a demandas por mala praxis, en las que somos muchas veces acusados por la opinión pública y de los medios de comunicación, antes de tener la evaluación pertinente de cada caso y en el momento en que se demuestra lo contrario no tenemos la misma difusión en los medios, no se informa de la misma manera la conclusión del buen accionar médico, ni un resarcimiento de las injurias que se le realizan a los profesionales. Muchas veces nos sentenciaron por resultados adversos, sin darnos derecho a mostrar nuestra opinión, ningún médico tiene intención de causar daño. En obstetricia, con más razón, todos buscamos resultados favorables, todos tenemos la intención y la voluntad de entregar un hijo sano a su familia, sin embargo, debemos estar conscientes que existen patologías y complicaciones muchas veces impredecibles que atentan contra esto.

A su vez, es importante señalar que, así como tenemos obligaciones como profesionales también tenemos obligaciones si somos pacientes, la obligación de tener en cuenta las indicaciones, de ser conscientes de la información sobre riesgos que se presentan, y sobretodo también considerar que detrás del profesional que las asiste hay una persona a la que también le afecta la adversidad de los resultados.

La exposición de un profesional en los medios de comunicación acusándolo sin previo dictamen por la justicia, ya es una sentencia, y esto puede tener repercusiones graves sobre la salud psicológica de dichos profesionales y en consecuencia en el desarrollo profesional en una provincia en la que rápidamente se realizan prejuicios y juicios de valor, convirtiéndose esto en una violencia mediática que también implica una mala praxis periodística.

Debemos respetar el secreto profesional, pero esto lleva a que estemos vulnerables ante acusaciones que nos afectan en todos los aspectos como profesionales, como institución y sobre esta organización, ya que por esto buscaremos realizar lo mínimo en nuestro trabajo y practicando cotidianamente una medicina a la defensiva, lo cual podría implicar que nos alejemos de un estándar de atención de calidad desde lo humano.

Personalmente estuve expuesta a esta violencia mediática a la cual me refiero, fui blanco de juicios de valor desde una sociedad que muchas veces no valora los profesionales con los que cuenta, quizás por desconocimiento, incluso también las instituciones que nos deberían apoyar no hacen presencia, dejándonos en una vulnerabilidad solitaria. Por ello considero que, así como se reclama a la medicina una responsabilidad, de la misma forma debería hacerse a la comunicación social, con un reclamo para que se capaciten en realizar informes periodísticos sin violencia y donde también encontremos espacios disponibles para las opiniones de los trabajadores de la salud".

*Médica Tocoginecóloga. Jefa del Servicio de Obstetricia de la Maternidad Provincial de Catamarca.