6 milímetros de diámetro y solo 8 milímetros de alto. Ese es el tamaño de una cápsula que buscan las cuatro agencias de emergencia de Australia. Es que ese pequeñísmo elemento (la mitad de una moneda) es potencialmente mortal: conserva una “pequeña cantidad” de la sustancia radiactiva Cesio-137. Su hallazo parece ser más díficil que encontrar una aguja en un pajar, no solo por su ínfimo tamaño sino que la cápsula se extravió de un camión que recorría una ruta de ¡1.300 kilómetros!

Para entender la historia hay que retroceder hasta el lapso entre el 10  y el 16 de enero. En ese periodo, un camión de la minera Rio Tinto atravesó Australia Occidental, el mayor estado del país oceánico, para llegar a la capital regional, Perth. En algún momento del trayecto, tal cual cuentan las autoridades, desapareció la diminuta cápsula compuesta, en parte, por la sustancia radiactiva Cesio-137. 

Recién el 25 de enero los inspectores de la carga se dieron cuenta de que uno de los paquetes estaba roto y una de esas minúsculas cápsulas se había perdido en el trayecto. Es por eso que desde el sábado los servicios de emergencia mantienen una intensa búsqueda para localizar la cápsula tóxica.

 La Agencia de Seguridad Nuclear de Australia (ASPANSA, siglas en inglés)  indicó en un comunicado que colabora en las tareas "un equipo con instrumentos de detección portátil y montados en automóviles especializados para apoyar la búsqueda" que se centra entre la región de Pilbara, donde Rio Tinto opera más de una decena de minas, y la ciudad de Perth, una ruta de unos 1.400 kilómetros, una distancia más larga, por ejemplo, que la longitud de Gran Bretaña.

El Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia (DFES, siglas en inglés) lidera el operativo en el que también participa la Organización Australiana de Ciencia y Tecnología Nuclear (ANSTO). Fue el mismo equipo de bomberos que advirtió sobre los riesgos de la exposición a esta sustancia tóxica, que incluyen "quemaduras por radiación o enfermedades por radiación", como cáncer.

A su vez, las agencias advirtieron de que, en caso de avistar algún material sospechoso, las personas deberán mantenerse a al menos cinco metros de distancia, no tocarlo, no guardarlo en bolsos o mochilas y no llevarlo a sus coches, sino reportarlo "inmediatamente" a las autoridades.