Casi cuatro millones y medio de niñas de todo el mundo corren riesgo de sufrir mutilación genital. El dato, horroroso, surge de una advertencia realizada por el secretario general de la ONU, António Guterres,  en el Día Mundial de la Tolerancia Cero hacia esa práctica que viola a esas niñas y sus derechos. 

Además, una de cada cuatro mujeres que se sometieron a esta práctica -alrededor de 52 millones en todo el mundo- lo hicieron con personal de salud de centros médicos legales, lo que apunta a un aumento de la prescripción de la MGF por parte de doctores, dijo la ONU.

"Debemos invertir y tomar medidas urgentes para lograr el objetivo de la Agenda para el Desarrollo Sostenible de eliminar la mutilación genital femenina para 2030", advirtió el secretario general de la ONU, António Guterres, en un comunicado.

"Todos los procedimientos que implican la alteración o lesión de los genitales femeninos por razones no médicas están reconocidos internacionalmente como una violación de los derechos humanos, la salud y la integridad de las niñas y mujeres", prosiguió.

La MGF es un "acto de violencia de género", agregó en la nota, publicada en la página web de Naciones Unidas. 

Guterres señaló que los hombres y niños "hermanos, padres, trabajadores de la salud, maestros y líderes tradicionales pueden ser poderosos aliados contra este flagelo".

"Les pido en todo el mundo que se unan a mí para alzar la voz y tomar una posición contra las mutilaciones genitales femeninas", en beneficio de todos", añadió.

Esta práctica es habitual enunos 30 países de África, Medio Oriente y y Asia meridional, así como algunos países asiáticos (India, Indonesia, Irak y Pakistán) y algunas pequeñas comunidades de Latinoamérica, según la ONU. En países de África como Eritrea, Etiopía, Guinea y Sudán porcentajes significativos de hombres y niños se oponen a la mutilación genital femenina. No obstante, esta práctica persiste en muchas de las poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, en América del Norte, Australia y Nueva Zelanda.

En los últimos 25 años, la prevalencia de la MGF ha disminuido en todo el mundo, según la ONU. En la actualidad, una niña tiene un tercio menos de probabilidades de sufrirla que hace 30 años, pero las crisis de la humanidad tienden a ampliarla nuevamente.