"El año pasado estaba muy cansada de todo", reconoce Dakillah en la oficina local de Sony, el sello multinacional con el que está desarrollando su carrera. "Supongo que se debió a la pandemia. Pero mi vuelta no salió como esperaba."

--¿En qué sentido?

--Tenía la intención de arrancar con todo, lo que terminó sucediendo este año, como una manifestación tardía. Pero hasta no hace mucho estaba fastidiada de tanto papeleo, y de que la música sea un trabajo. Extraño cuando era chiquita y hacíamos lo que queríamos en el momento que decidíamos. Estoy muy cansada de pelearla por los proyectos. Si no fuera por mi hermoso equipo, no sé en qué estaría ahora. Como me apoyan mucho, arrancamos el 2023 muy diferente. Desde el vamos, empezamos a darlo todo.

--¿Cómo fue que la música se terminó convirtiendo en un trabajo para vos?

--La gente lo decidió. Comencé a hacerlo como un juego y se empezaron a compartir los videos por todos lados. De pronto me llamaban para hacer canciones, para colaborar o me invitaban de los estudios. Me hice conocida sin buscarlo, no lo planifiqué. Después se dio lo de Sony, pero no fue que salí a buscar una discográfica. Firmamos, y ahí arrancó formalmente mi carrera.

--¿Te acordás del primer laburo por el que te pagaron?

--Creo que fue por hacer colaboraciones con tres artistas. Uno de esos singles a la gente le gusta mucho, pero a mí no. Qu3 la chup3n. Qué título, ¿no?. No es que no me gusta por él (se refiere al featuring del tema, Franco Rodríguez) o por la canción en sí, sino por cómo escribía cuando era chiquita. Ahora tengo más estilo, estructura y mis letras están más pulidas. Por eso, cuando escucho cosas viejas, no me gustan tanto.

--Hablaste de tu equipo. ¿Cómo te diste cuenta de que no podías hacerlo sola?

--No es que no pueda, es que los mánagers tienen el triple de contactos y lo mejor es juntar poderes: "Yo hago la música, vos tenés los contactos". Además, te manejan cuestiones relacionadas con los contratos, cuando una no está tan pilla en eso. Tengo 22 años, y arranqué a los 17. A José, mi actual mánager, le dije que estaba buscando trabajar con alguien. Comenzamos a organizarnos, y en diciembre les propuse viajar a Colombia. Y me ayudaron a lograrlo.

► Sonríe que los enemigos están filmando

El pasado 19 de enero, bajo su álter ego Dakillah, la cantante Morena Jabulij puso a circular su primer single en dos años, Sonríe, en el que comparte estelaridad con el hiphopero venezolano Akapellah. El tema los saca de su lugar de confort y los encuentra haciendo reggaetón: situación inimaginable para ambos. Al igual que la idea de esta dupla, de lo que deja testimonio el video que hicieron en Medellín.

--¿La colaboración con Akapellah se dio espontáneamente o porque les convenía?

--Se dio por la buena onda, más que por una cuestión de conveniencia. Yo lo admiro. No sé si es recíproco, pero quiero creer que sí. Hace un par de años, él hizo unos shows acá y compartimos todos esos días. El contacto se mantuvo y le mostré la canción. Me parecía que podía estar... el estilo de la canción es muy Akapellah. Y a él le gustó.

--Lo pusiste a cantar reggaetón, pese a que es un rapero de nicho.

--A veces, cuando a un artista le gusta la canción, te da para tirarte hacia otro género. No me dijo nada sobre que lo saqué de su zona de confort, pero quizá lo hice. Si sucedió, me sentiría muy orgullosa.

Sonríe es apenas la punta del iceberg del álbum que Dakillah preparó junto a Jaru (el tema Envidia, de G-Code, es otro de los aciertos del productor argentino en este inicio de año). "El sabe que lo amo", afirma ella. Y más allá de la empatía que establecieron, la rapera justifica la sociedad: "Sabe mucho de música. Nos conocimos el año pasado, a través de varios amigos en común. Empezamos a laburar, y de pronto se dio hacer el álbum". Aparte, según desliza la "NumberOne", tal como la conocen sus fans, el productor también "ama a Akapellah", lo que la terminó de convencer.

--En Sonríe, ¿qué fue lo primero? ¿La letra o la base?

--En este caso fue la base. Nos juntábamos y veíamos en el momento para dónde teníamos que ir. Buscábamos canciones, referencias de estilos, y hacíamos el beat ahí. Fueron dos horas de tomar mate, y una vez que la base estuvo, me puse a escribir. Otro dato es que está inspirada en Gangsta Zone, la canción que hicieron juntos Daddy Yankee y Snoop Dogg. Acá yo era Daddy y Akapellah era Snoop.

--¿Qué te atrae del estilo de Daddy Yankee al janguear?

--Su manera de calentar el reggaetón y de tirar barras de verdad.

Foto: Alejandra Morasano

► Prejuicios y antidepresivos

Si bien hoy no genera sorpresa que un rapero cruce la vereda hacia el reggaetón, flote en el trap, se pruebe en el R&B o cante un house, antes de que Anderson .Paak sacara su disco Malibu (2016) semejante hibridez todavía era considerada tabú. "Ir de un género a otro nunca lo vi raro, porque soy muy cambiante", revela la artista originaria del partido de Tigre. "Hay que cambiar el mensaje: una no es sólo rapera, es música. Tenemos el derecho."

--Más que de parte de los artistas, el prejuicio proviene del público.

--Exacto. Imaginate que a Wos lo atacaran por ser freestyler. Si bien esto se llama entretenimiento, no somos payasos. No solo tenemos que hacer lo que la gente quiere, sino también lo que no quiere. Wos no le hace daño a nadie por hacer una balada. Si los artistas perdimos los prejuicios fue porque queríamos investigar otros géneros.

--Acá los artistas se cuidan de no caer en los yeites caribeños. ¿También lo hacés?

--Se me criticó por cosas que no te podés imaginar. Pero en esta época perdí el miedo a que me juzguen. No me importa que piensen lo peor de mí. ¿Cómo te puede preocupar que te critique alguien que no conocés? No me va a mover ni un pelo. Yo sé quién soy, mi equipo sabe quién soy, y mi mamá y mi novio saben quién soy. Le buscan el pelo al huevo todo el tiempo. Dale... Tengo un video con un amigo en el que, en vez de usar el lugar común de "te están filmando", le digo: "Sonríe que los enemigos te están filmando". Ese es el mensaje. No me van a ver mal.

--¿Cómo te llevás con la sobreexposición?

--Estoy acostumbrada porque lidio con ella desde chica. No me es notorio. Pero cuando te están picanteando y diciendo cosas horribles, está bueno guardarse un rato. Y después volvés a aparecer. De hecho, fue medio lo que hice. Y funciona.

--Un tema del que pocos artistas hablan es el de la salud mental. ¿Te cuidás?

--Dos canciones antes de Sonríe saqué Bipolar. Y fui muy criticada por sacarla. La gente dijo de todo. El adjetivo más respetuoso fue "desubicada". ¿Por qué creés que hice la canción? Llevo dos años tomando antidepresivos. Cómo pueden decirme que no cante sobre eso... Y si quisiera hablarlo porque lo padece mi primo, ponele, estoy en todo mi derecho. Lo que nuevamente nos lleva al punto de que la gente cree que te puede decir de qué podés hablar y de qué no. Por eso muchos artistas se reprimen, por temor a que los critiquen o los escrachen. Eso es terrible porque los artistas somos gente común.

► Rápidos y brillosos

Tras la muerte de Mac Miller (por una sobredosis accidental, con apenas 26 años), la escena urbana estadounidense tomó conciencia sobre la depresión, la diversidad sexual y de género, y algunos otros tópicos de los que no se hablaba.

--Para vos, ¿dónde comienza y dónde termina el ego en la música urbana?

--No soy muy egocéntrica, por más que me veas con muchos brillitos y mucha ropa wow. Calculo que tiene que ver con mi educación. Aunque me veas muy producida, si tengo que servir un vaso de agua a la persona que está al lado mío, lo voy a hacer de la manera más honesta y humilde. Siendo humano es que te corrés del egotrip. El ego oscurece.

El video de Sonríe se inspiró en la saga de películas Rápidos y furiosos, lo que podría parecer toda una contradicción, al poner al bling bling y la ostentación por encima de una letra sensible. Pero Dakillah tiene respuesta para todo. "Soy humana, pero hay brillitos. Es eso", justifica. "Además, la canción me daba y el golpe de la canción me daban algo re picante. Algo re Rápidos y furiosos."

De pronto, la cantante y actriz, que no tiene pruritos al momento de hablar, toma una pausa. Lo que da pie a suponer que terminó su relato. Sin embargo, a continuación, comienza a bracear hacia el abismo Challenger. "Lo que quise mostrar es que no duele que te estén filmando --explica--, una va a seguir corriendo la carrera recontra perra. Igual, quiero aclarar que ésta es una canción muy personal, pero sin un mensaje tan sensible como Bipolar."

--¿Sos fan de Rápidos y furiosos o te propusieron la idea?

--En esos días, Rápidos y furiosos apareció mucho en mi vida. Con el productor que grabamos, pasé a mostrarle una canción que él había hecho para la película, y me quedé con la boca abierta. "¿Cómo? ¿Estamos acá y una de estas cosas que estamos haciendo puede salir en eso?". No lo podía creer. Fue cuando surgió la idea, y lo mezclamos con algo de barrio y Colombia, bastante picante. Lo grabamos en Medellín.

Más allá de su picantés, la capital paisa se tornó en la nueva vitrina de la música urbana. Al punto de que muchos productores del palo se están mudando para allá. Juan Ingaramo fue uno de los primeros que puso fichas en Medellín. "Estuve cuatro días allá, y se me pasaron muy rápido. Pero viví la experiencia. Los productores de allá se encargaron de eso", agradece Dakillah.

--¿La colaboración y el video son un guiño a tu internacionalización?

--Sin dudas. Y además ya me van a ver pronto en Colombia.

--Dijiste que Sonríe sería parte de un álbum, tu primer álbum. ¿Cuándo sale?

--Eso será más adelante. Por el momento iré mostrando lo nuevo a través de singles. Hay que escuchar al equipo y dejar el egotrip de lado.

--¿Cómo ves este año para las raperas, traperas o reggaetoneras argentinas?

--No lo sé. Las puertas están abiertas, las redes están fuertes y los lugares están puestos. Yo siempre apoyo, si me gusta lo que hace, más allá de si es mina o no. No le cerraron la puerta a las chicas. Me parece que lo que no hay es apoyo entre mujeres.

--¿Y te parece que el colectivo LGTBIQ tiene chances en la música urbana local?

--Amo a todo el colectivo, desde antes de hacer música, iba a las marcha y todo. Villano Antillano, que la rompió con Bizarrap, demostró que sí hay un lugar. Tengo un amigo gay que me dijo que quería ser el primero, y no lo hizo. Luego otro lo intentó. Lo que te quiero decir con esto es que no sé si se trata de un tema de que no hay puertas abiertas o de que no se están animando. Si a mí me gusta tu música, yo estoy.

Foto: Alejandra Morasano