“Taty Almeida es una presencia fundamental en las calles, en las marchas del 24 de marzo, en las rondas de cada jueves en la Plaza de Mayo, en el proceso de los juicios que condenaron a los responsables de los crímenes cometidos en la dictadura cívico-militar, además de una promotora en la defensa de los derechos humanos”. Esas palabras fueron las que promovieron que ayer por la tarde Lidia Stella Mercedes Miy Uranga, Taty Almeida, recibiera el título de Doctora Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba. Desde la Facultad de Filosofía y Humanidades surgió la iniciativa que su Consejo Directivo aprobó. Desde la Federación Universitaria de Córdoba también se plegaron al homenaje y, además de participar del acto, le entregaron a Almeida el Reconocimiento Hugo Chávez a la Integración Latinoamericana.

En el pabellón Venezuela (Ciudad Universitaria) del auditorio Hugo Chávez el acto comenzó a las 18 horas, como estaba previsto, y se extendió un poco más de una hora. El título de Doctor Honoris Causa es la máxima distinción académica que otorga la universidad cordobesa. En los Consejos Directivo y Superior la propuesta fue votada por unanimidad. 

Desde el Consejo directivo de la FFyH consideraron que “Taty aparece siempre como portadora de palabras urgentes y reflexiones necesarias para pensar, colectivamente, sobre los daños sociales tras la represión, el impacto del modelo económico implementado por la dictadura, y las secuelas culturales como sedimento del miedo y el individualismo”.

“Como jóvenes, como universitarios que hemos elegido el camino de la militancia, nos emociona, y en este contexto político mucho más, nos llena de fuerza escucharla a Taty, reivindicamos y seguimos su ejemplo”, dijo a PáginaI12 Julieta Altube, presidenta de la Federación universitaria por La Bisagra. “Cuando asumimos la conducción de la Federación –afirmó Altube– en septiembre del año pasado, lo hicimos con la fuerte convicción de llevar a la FUC donde siempre tuvo que estar; y es acá, con las madres, con las abuelas, con las y los estudiantes, con las organizaciones sociales que luchan por una sociedad más justa”.

Desde la FUC emitieron un documento donde destacan la militancia de Taty por los derechos humanos, que comenzó a partir del secuestro y desaparición de su hijo Alejandro Almeida, de 20 años, el 17 de junio de 1975. “En 1979 se acercó por primera vez a la Plaza de Mayo luego de haber escuchado hablar sobre las Madres. Estas grandes mujeres se reunieron todos los jueves en la Plaza de Mayo llevando las fotos de sus hijos desaparecidos, realizando caminatas en ronda, que hoy se han convertido en un gran símbolo de lucha y memoria internacional”, describe el texto.

“Taty es hoy –finaliza el documento de la FUC–, como decía Eduardo Galeano, junto a todas las madres ‘un ejemplo de salud mental, porque se negó a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria’”.