Andrés Asiain *

“Estacionalidad”

La merma de 9,3 a 8,5 por ciento no implica menor desocupación entre el tercero y el segundo trimestre sino que refleja un efecto estadístico asociado con la estacionalidad en la tasa de participación de la población en el mercado laboral. El desempleo se mantuvo en niveles similares a los registrados a mitad de año e incluso tuvo un aumento en términos relativos respecto del año pasado. Tiene sentido si se tiene en cuenta que la actividad económica computó una pésima performance en el tercer trimestre, incluso peor que la observada en la primera mitad del año. El mercado interno viene cayendo en forma constante y sobre todo en ramas que demandan importante cantidad de empleo como la industria manufacturera y la construcción. El año que viene puede haber cierta recuperación económica, pero será mucho más moderada de lo que vaticina el equipo económico. El dólar planchado y la mayor obra pública darán cierto aire al mercado interno al menos hasta las elecciones. Pero no necesariamente ayudarán a mejorar la situación laboral, puesto que se continuará avanzando en un programa de apertura comercial y, por tanto, en la reducción del empleo industrial. En estos meses, por caso, la demanda agregada se desplomó pero las importaciones de productos para consumo final no pararon de subir. Las economías regionales y distintas producciones agropecuarias también seguirán en baja. El empleo que tal vez puede llegar a mejorar es el vinculado con la obra pública. 

* Economista, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz.

 


Por Daniel Schteingart *

“No disminuyó”

La reducción del desempleo entre el tercer y el segundo trimestre no es significativa en términos estadísticos, porque las cifras se midieron con un margen de error distinto. El Indec increíblemente publicó en su informe que la baja es significativa, pero no se puede hablar categóricamente de una disminución del desempleo. En el mes de agosto, más allá de los indicadores de Indec, los datos del Ministerio de Trabajo muestran que hubo 11.967.396 ocupados registrados, cuando en noviembre de 2015, el último dato del kirchnerismo, había 12.042.018 individuos. La caída de los puestos de trabajo formales sumó 74.622 individuos y se concentró en el segmento privado. La merma en el sector público fue bastante moderada y en los segmentos de asalariados de casas particulares, independientes autónomos, independientes con monotributo e independientes con monotributo social hubo algo de suba. Estos datos no salen de una encuesta sino que se miden uno por uno, por lo que permiten sacarse la duda de que están tocados a favor o en contra por los gobiernos. La tendencia del mercado laboral en el último año es hacia la precarización, puesto que la pérdida de empleados registrados formales se acompañó de aumento de los monotributistas. En estos días saldrá el dato de desocupación de Ciudad de Buenos Aires, serie que tiene la ventaja de poder hacer una comparación homogénea contra los indicadores de 2015.

* Doctorando en Sociología (Idaes-Unsam), becario Conicet, profesor UNQ, miembro de SIDbaires.