A excepción del pandémico 2020, desde hace casi un cuarto de siglo abril es sinónimo de cine para el ámbito cultural porteño. Este año no será la excepción, ya que desde el miércoles 19 y hasta el lunes 1° de mayo se llevará adelante la 24° edición del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici), cuya programación –integrada por unas 250 películas, gran parte de ellas cortometrajes– se realizó este jueves por la mañana en la Sala de Cámara de la Usina del Arte. “El Bafici tiene la responsabilidad de ser el mismo, y al mismo tiempo ser diferente. Es un festival muy especial, con un vínculo muy importante con el cine no solo porque la Ciudad de Buenos Aires tiene uno de los mejores públicos del mundo, sino también por la calidad y variedad de la producción", dijo el Ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, durante un encuentro del que también participaron la Subsecretaria de Gestión Cultural Viviana Cantoni y el director artístico Javier Porta Fouz.

“La mitad de la programación es première mundial o internacional, es decir, películas que se exhiben por primera vez fuera de su país de origen. Eso nos hace pensar en la identidad del festival y nos obliga a decidir si somos un festival de `grandes éxitos´ o de estrenos”, dijo Porta Fouz. Esa directriz explica que tanto el corto y el largometraje que oficiarán -el miércoles 19 a las 19 en el Multiplex Monumental Lavalle- de apertura como los que se verán en el marco de la clausura sean estrenos mundiales. A cargo de levantar el telón habrá dos producciones nacionales: el corto Continuum - La playa, de la tucumana María Bomba, y Último recurso, el flamante trabajo del realizador Matías Szulanski (Juana Banana). En el cierre, por su parte, se proyectarán el corto local Ángel y Perla, de Jenni Merla y Denise Anzarut, y el largo español Soy una buena persona, de Norberto Ramos del Val, a quien se le dedicará uno de los tres focos de este año.

El Gaumont y el Monumental son dos de las doce sedes de esta edición. Al igual que el año pasado, el epicentro estará sobre la Avenida Corrientes, con el punto de encuentro –casa de las charlas, presentaciones de libros y conferencias que conforman el grueso de las Actividades paralelas- ubicado en El Cultural San Martín y sus salas albergando buena parte de la programación. Alrededor de la calle de las pizzerías también se ubican el Cine Lorca, la Alianza Francesa, la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, el Cine Cosmos y el Centro Cultural Arthaus (Bartolomé Mitre al 400), flamante incorporación a un parque de exhibición que, por fuera del centro, tendrá como sedes al Museo del Cine, el Centro Cultural 25 de Mayo, el Anfiteatro del Parque Centenario y, otra novedad baficiana, el Autocine Costanera Sur.

Las entradas tendrán un valor de 300 pesos y de 200 para jubilados, estudiantes y todas las funciones de Baficito (la sección con películas infantiles). Podrán adquirirse de manera online a partir del 11 de abril en la web Vivamos Cultura y en la boletería del Cultural San Martín, mientras que en resto de salas la venta empezará el día del festival. Habrá que esperar hasta el 3 de abril para conocer el cronograma de funciones. Una buena porción de las películas, además, se podrá ver online desde todo el país en Vivamos Cultura luego de su primera exhibición presencial, mismo portal que tendrá la mitad de los títulos del catálogo disponible para su visionado durante el 1º de mayo, una jornada en la que las salas permanecerán cerradas por el feriado.

El mundo en la pantalla

La estructura organizativa de la programación no presentará grandes novedades, manteniendo sus principales vértices de atención en las tres competencias (Internacional, Nacional y Vanguardia y Género), que como ocurre desde hace un par de ediciones no tendrán distinción entre cortos y largos. En todas ellas habrá presencia del cine nacional: en la Internacional se verán los cortos Al final el día, de Carolina Vergara, y Una ofrenda musical, de Rogelio Navarro; y los largos Blondi, debut en la realización de Dolores Fonzi, El santo, de Juan Agustín Carbonere, y La sudestada, de Daniel Casabé y Edgardo Dieleke.

En Vanguardia y género, por su parte, estarán los cortos Íntima, de Gustavo Galuppo Alives, La noche manchada, de Andrés Medina, y Osculum infame, de Corina Wilson y Guillermo Saredo; y los largos Nevada, de Anna Tyurina y Matías Musa, y Vodka, de Tomás Guiñazú. De la Competencia Argentina se destacan Arturo a los 30, de Martín Shanly; Clorindo Testa, de Mariano Llinás; El clan Vega, de José Celestino Campusano; Los Bilbao, de Pedro Speroni; Los convencidos, de Martín Farina; Los médicos de Nietzsche, de Jorge Leandro Colás, y Los terrenos, de Verónica Chen.

Se mantienen también las secciones paralelas habituales (Música, Artes y oficios, Cine sobre cine, Comedia, Hacerse grande, Trayectorias, Rescates, Nocturna y Pasiones), a las que se sumará la flamante Políticas. Como suele ocurrir, la atención cinéfila recaerá sobre Trayectorias, que reúne títulos de varios directores de renombre internacional tales como Christian Petzold (Afire), James Benning (Allensworth), Hong Sangsoo (In Water), Pietro Marcello (L’Envol), Paul Schrader (Master Gardener), Ira Sachs (Passages) y Lav Diaz (When the Waves Are Gone). Los Focos, por su parte, recaerán sobre tres realizadores: el indio Rajat Kapoor, el mencionado Norberto Ramos del Val y el francés Clément Cogitore.

Y estará, claro, Rescates, sección que enmarcará las proyecciones de, entre otras, Por un puñado de dólares, el clásico de Sergio Leone, y Nadar solo, de Ezequiel Acuña, una de las películas fundamentales de lo que alguna fue el Nuevo Cine Argentino. Los homenajes de este año serán para Alejandro Chomski, fallecido en noviembre del año pasado y de quien se verá su último trabajo, El país de las últimas cosas, y Rafael Filippelli, quien murió hace ocho días a los 84 años y legó una filmografía que incluye, entre otras, Secuestro y muerte (apertura del Bafici de 2010) y No va más (clausura en 2021 y el título elegido para honrarlo esta edición). “Filippelli fue alguien fundamental para el festival, una presencia que todos querían disfrutar. Uno se encontraba con él y sabía que iba a llevarse una frase memorable. Siempre estaba como espectador y, sobre todo, como animador. Era alguien que frecuentaba el Bafici para hablar del cine”, lo recordó el director artístico. Ver, pensar y hablar de cine: de eso se trata un festival.