El presidente brasileño, Michel Temer, enfrentará mañana otra prueba de fuego para su atormentado gobierno cuando la Cámara de Diputados decida si envía a la corte suprema una acusación de corrupción en su contra o la archiva. La oposición anticipó que buscará bloquear la sesión, dejando al oficialismo la obligación de conseguir el quorum de 342 legisladores necesarios para votar, un reconocimiento de que no tiene la fuerza suficiente para que la investigación avance. El 81 por ciento de los brasileños está a favor de que Diputados acepte la denuncia contra Temer, según la consultora Ibope.