Siete años atrás, la vida de Rosario Acevedo, de 24 años, dio un volantazo. Recién recibida de psicóloga decidió que no quería dedicarse a esa profesión. Dejó su trabajo en una empresa y se lanzó como emprendedora. No tenía experiencia en ese mundo. Tampoco en el rubro que eligió, que —además— era liderado en gran parte por hombres: la producción de fogoneros desmontables y ecológicos a leña

¿Qué la inspiró? La reciente muerte de su papá. Su pérdida la inundó nostalgia por los momentos que ya no volverían: cuando su papá hacía asados y toda su familia se reunía alrededor del fuego. Así surgió la idea de fabricar algo que, de algún modo, reeditara el espíritu de esas vivencias familiares. Con miedos y dudas, se lanzó de lleno a ese proyecto “sanador” y en 2016 creó Angaro Design, la empresa con la que fabrica fogoneros circulares que permiten encender fuego al aire libre de manera controlada, para asar comida o calentarse en momentos de mucho frío. Sus creaciones fueron un éxito de ventas durante el Mundial de Qatar y le valieron la distinción del sello Buen Diseño Argentino 2022.

Emprender siendo joven y mujer en una actividad que se encuentra focalizada en hombres más que nada es difícil, porque te miran y no confían, piensan: '¿cómo una mujer puede llegar a hacer algo así?'”, explica Acevedo a Página|12.

Rosario Acevedo tiene 31 años y dirige el sello Angaro Design que fue distinguido por la Secretaria de Producción y Desarrollo Industrial. 

Esa "barrera" de género no logró frenarla. “Fue y es un desafío poder romper con la creencia de que esto es un trabajo 100 por ciento para hombres", sostiene, y reconoce que esas creencias, en lugar de paralizarla, la impulsaron: "Quería demostrar que esto también lo puede hacer una mujer, y que lo puede hacer igual de bien. Ese fue mi gran empujón”.

El Mundial y el Sello de Buen Diseño Argentino como impulsores

Rosario señala que, para ella, el fuego es un elemento que evoca al encuentro. Y eso es lo que desde el principio quiso compartir con otros. “Mi inspiración fue lo que me hacía bien, que eran los asados en familia los domingos. Me interesa lograr que la gente tenga un buen momento en comunión, ya sea con amigos o con familia, y si además le podemos agregar el contacto con la naturaleza, está bueno", determina.

En noviembre de 2022, la selección argentina comenzó el camino que la llevó a coronarse campeona del mundo en Qatar. Cada fecha, miles de argentinos se juntaban para ver los partidos. Los asados y los encuentros para alentar a "La Scaloneta" resultaron un combo ideal para sus fogoneros que, precisamente, apuntan a la reunión y al disfrute grupal. 

Durante el mes que se disputó el Mundial, Rosario agotó todas las unidades que tenía en stock. Ese éxito de ventas, más la gran aceptación que tuvieron sus fogoneros entre algunas figuras de la televisión y famosos —más de 15 celebridades le compraron alguno de sus modelos para sus hogares, cuenta—, la llevaron a ir por más y ahora busca exportarlos para "poder seguir invirtiendo en mi país".

"Sinceramente amo Argentina y creo que la apuesta y lo divertido está acá, porque la cultura que conozco y la gente que amo está acá. Sueño con que todo el mundo y toda la Argentina pueda tener un espacio y una experiencia que compartir afuera", dice.

Los fogoneros de Angaro Desing se pueden montar y desmontar fácilmente para su uso en lugares diversos al aire libre. 

Otra "palmadita en la espalda" fue que sus fogoneros recibieron el Sello de Buen Diseño Argentino, que otorga la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, y formaron parte de la exposición que días atrás se realizó en el Centro Cultural Kirchner, donde se exhibieron objetos, máquinas y todo tipo de productos "Made in Argentina" —como helicópteros, ascensores, juguetes, indumentaria, tractores, entre otros— que además de tener un diseño atractivo y cumplir con los estándares de calidad más altos, son innovadores, sustentables y funcionales. 

A fuego lento: cómo empezó a fabricar los fogoneros

A raíz de la muerte de su papá, Rosario sentía que la dinámica familiar se había transformado en una "situación muy rara". Además, estaba insatisfecha con su trabajo en el área de Recursos Humanos de una compañía. "Quería transformar esa tristeza y ese momento en algo bueno. Un día le dije a mi mamá que no quería trabajar más en esa empresa y que quería hacer algo mío”, recuerda.

Nunca había emprendido. No tenía ningún tipo de conocimiento sobre la industria metalúrgica. Tampoco sabía mucho sobre fuegos y asados, un mercado al que apunta hoy en día con su línea de fogoneros y accesorios para cocinar al aire libre.


El sistema "smoke free" genera menos humo y reduce la contaminación en el aire.

Aunque este negocio estaba asentado desde hace rato, encontró una veta que estaba poco explotada en el país: el diseño y la sustentabilidad. Entonces, con la ayuda de dos de sus hermanos -uno, ingeniero, y el otro, arquitecto-, y el apoyo económico de su mamá, puso manos a la obra. Con chapa, hierro, acero inoxidable y pintura apta para altas temperaturas, entre otros materiales, diseñó una serie de modelos atractivos para hacer fogones al aire libre o en espacios exteriores techados.

"Los primeros fogoneros los mandaba a hacer a un herrero que me los entregaba sin pintar, y ese trabajo lo hacíamos a mano con mi mamá en mi casa", dice. Y añade: "esto llevaba mucho tiempo de producción, por eso, desde hace tres o cuatro años, trabajamos con una metalúrgica”.

Del primer prototipo al modelo premiado: atractivo y sustentable

"La primera unidad se la vendí a la hermana de una amiga mía. Fue increíble, lo mejor que nos pasó", cuenta con alegría. Esa venta llegó de un modo veloz y casi que no tuvo tiempo de "pensarlo mucho”, reconoce.

Lo único que Rosario tenía verdaderamente en su poder cuando recibió ese primer encargo era el diseño de su primer prototipo en un plano: nunca lo había llevado a la materialidad. No obstante, afirma que fue una gran motivación que un ser querido se hubiera interesado en su proyecto y quisiera invertir en él, sin más que mucha confianza y fe ciega.

Cuando el herrero le entregó el primer fogonero, estuvo hasta las 4 de la madrugada pintándolo con su mamá en el living de la casa porque en el exterior llovía a cantaros. Rogaron que a la mañana siguiente la pintura se secara para poder entregarlo a su clienta. Y por suerte -recuerda- las cosas salieron bien y el producto "quedó impecable”.

Aquel primer prototipo era muy distinto a los fogoneros que fabrica actualmente, con mayores detalles. "Mi línea de fogoneros se basa en tener un espacio de fuego circular, que aparte sea funcional a la hora de cocinar", describe.

Uno de sus últimos modelos fue distinguido por el Gobierno por su tecnología y sustentabilidad. Se trata de un fogonero ecológico que funciona con un sistema “smoke free” (libre de humo).

Sobre este producto explica que fue diseñado para "asegurar un mayor flujo de aire recirculado y caliente", lo que "mejora las condiciones para la quema de combustible" —en este caso, madera—. 

De esta manera, "el fuego es alimentado a través de un mayor caudal de oxígeno a una temperatura más elevada y cuando la combustión se da de una manera más perfecta, los residuos y el humo generados se ven drásticamente reducidos". Como consecuencia, se produce un efecto "smoke-free", ya que se  genera "una llama más constante y rendidora", determina.

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