Dueños y choferes del taxi expresaron ayer un enérgico reclamo de control municipal contra las aplicaciones del transporte particular de pasajeros como Uber y Cabify, que operan cada vez con mayor penetración en la ciudad y alrededores, pese a no tener una reglamentación oficial en Rosario. Las definen como "una competencia desleal" y advierten que hoy ya representan una amenaza seria a la sustentabilidad del taxi como actividad económica, tanto patronal como fuente de empleo.  

La concentración, anunciada en la víspera, se hizo en Oroño y Cochabamba. Decenas, cientos de autos aurinegros colmaron esa entrada al Parque Independencia, cubiertos de globos al tono y a todo bocinazo. Así atravesaron el centro y marcharon hasta el palacio municipal en una protesta que se extendió pasado el mediodía, para recién entonces normalizar el servicio interrumpido por esa manifestación.

"Esto es la expresión de nuestro hartazgo de ver cómo nos sacan el trabajo. Con esto alimentamos a nuestras familias, mandamos a los chicos a escuela, nos vestimos, pagamos alquileres. Si esto sigue así, en muy poco tiempo desaparecerá el trabajo de taxista”, alertó José Iantosca, de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario (Catiltar).

La disputa comenzó hace unos cinco años, cuando el gremio denunció el avance clandestino de la app multinacional Uber a la ciudad, ya con los primeros automovilistas captados como choferes del servicio. Desde entonces, la polémica dividió aguas a favor y en contra, incluso dentro del mismo Concejo municipal. En la actualidad, el servicio opera sin reglamentación mientras aguarda en comisiones parlamentarias un proyecto del Ejecutivo municipal para autorizar definitivamente estos sistemas alternativos de transporte con un marco legal y exigencias que hoy no tienen. Esa es la piedra de la discordia.

Mientras tanto, desde el municipio aseguran que los inspectores realizan controles de rigor, incluso con secuestro de vehículos y sanciones económicas como le cabe a cualquier automovilista detectado en función de remisero trucho.

Lo cierto es que el servicio paralelo funciona igual, y cada vez con más usuarios. Y eso es lo que el gremio taxista reinstaló en agenda ayer.

"Acá luchamos por nuestras fuentes de trabajo. Estas aplicaciones no tienen seguro, trabajan en la ilegalidad. Necesitamos que se hagan más controles. Nosotros no podemos competir con Uber porque ellos no pagan nada, ni tienen choferes con carnet profesional. Es una competencia totalmente desleal", resumió una titular de licencia de taxi que ofició como una de las portavoces de la protesta.

Iantosca calificó la incidencia de las apps en la oferta de transporte rosarino como "un desastre que pagamos los taxistas, porque nos quedaremos sin trabajo, o se precarizará la actividad. Y la economía de Rosario perderá 500 millones de dólares anuales", estimó sin explicar más.

Otro dirigente de la patronal como Marcelo Díaz calculó que la demanda del taxi disminuyó 30 por ciento por efecto de las apps y los remises truchos. Y remarcó una característica de esos servicios internacionales, regulados por la ley de oferta y demanda. "Perderán los usuarios. Hoy Uber se presenta como un poco más barato, pero ya pasó la semana pasada que un viaje por la aplicación costaba a la mañana 1.700 pesos y a la noche costaba 3.300 pesos. Ese aumento se debió a la mayor demanda y a la lluvia”, apuntó.

En tanto, Pablo Javkin reunió ayer por la tarde a su gabinete, con este asunto en el temario de reunión. Consultada la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, dijo que la respuesta desde el parlamento local es "que avance el proyecto para las apps de servicios públicos de transporte", que se encuentra demorado en comisiones.

Al mismo tiempo, el concejal del PRO Carlos Cardozo agitó la susceptibilidad taxista desde Twitter: "La llegada de las aplicaciones a Rosario es inevitable. No puede ser que hoy una multa para un conductor de Uber sea mayor que para quien comete una infracción como conducir borracho. Todos los rosarinos tienen derecho a trabajar y a elegir como movilizarse sin ser perseguidos", opinó.