Las delaciones premiadas de los ejecutivos del frigorífico JBS corren el riesgo de ser suspendidas en caso de que se confirme la inexistencia de cuentas en el exterior que fueron atribuidas a los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, advirtió ayer un fiscal. La fragilidad documental de las delaciones premiadas para obtener la libertad de los empresarios delatores de políticos también tiene su capítulo en el caso de la constructora Odebrecht, en el que 77 ejecutivos confesaron pago de sobornos y de donaciones ilegales de campañas. El caso más reciente es el que involucra a los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, ya que no hay vestigios ni documentos ni pruebas de que tuvieran una cuenta en el exterior a disposición para recibir dinero del frigorífico JBS, como relató ante la fiscalía el delator Joesley Batista, libre de culpa y cargo. “Si se comprueba que Joesley Batista mintió sobre esas cuentas, la  Procuración General de la República deberá evaluar las sanciones en el ámbito de las delaciones premiadas”, dijo el fiscal Iván Marx, quien tiene a cargo la parte de la denuncia referente a Lula y a Rousseff. JBS hizo una delación premiada, sobre todo porque además de relatar donaciones ilegales de campaña contó que soborna desde el 2010 al presidente Michel Temer y a su grupo político. Las delaciones comenzaron a ser cuestionadas luego de que el detenido ex tesorero del Partido de los Trabajadores (PT) Joao Vaccari fuera absuelto por el tribunal regional de Porto Alegre, que consideró que el juez Sergio Moro había tomado en cuenta apenas acusaciones verbales sin su correlato documental por parte de empresarios “arrepentidos”.