Recuerdo los recitales “Aquí allá y en todas partes” en el Teatro La Fábula con Moris, Tanguito, vos como Morgan X, Bob Vincent, yo con The Seasons en diciembre de 1966. También la revista Eco Contemporáneo en el taller de tu papá en la calle Lambaré. ¿Qué te quedó de todo aquello?

-Retrospectivamente, guardo imágenes muy vívidas de aquella aventura nuestra. Que comenzó a consolidarse en La Cueva de la avenida Pueyrredón al 1700 con un quórum de músicos jóvenes  motivados por la beatlemanía ydesencantados de las rutinas comerciales del Club del Clan y otras nuevas olas juvenilistas. Con Susana Salzamendi y Carlos Mellino (también parte del cuarteto TheSeasons) pensamos en hacer un espectáculo-concierto en alguna sala pequeña, como historia del rock and roll. Redactamos una declaración de principios, y de día nos juntábamos en el Reducto de la Flor Solar(Lambaré 1080) sede de la revista Eco  Contemporáneo, ya por el número 8/9. Depósito de cueros del taller de marroquinería de mi papá, que pasó a ser nuestra sala de ensayos. Lo bautizamos Aquí allá y en todas partes y comenzamos a juntar el elenco. Moris, Tanguito y Javier Martínez se anotaron al toque.

No recuerdo quién trajo a Bob Vincent (Alberto Pezzi) que cantaba los temas de Bob Dylan. Como Morgan X yo aportaba folk-songs de la lucha por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos. Mellino trajo a Susana Renzulli que cantaba como Joan Baez, pero que estrenó los temas de Facundo Cabral (ex Indio Gasparino…). Alquilamos tres fechas del Teatro de la Fábula (Abasto, Agüero al 400). Y nos largamos a pegar cartelitos en todas las librerías céntricas y muchas columnas de alumbrado callejero. Un día, Javier se dio de baja porque yo los hacía ensayar y él afirmaba que “los genios no ensayan”. Necesitábamos fotos para hacer prensa y un mediodía nos citamos en la Plaza Roma (junto al Luna Park), y Bobby Curto nos retrató en grupo. Teníamos todo el tiempo la vivencia de que estábamos dándole el puntapié inicial a algo importante. Pero solo dos críticos asistieron: Edmundo Eichelbaum del diario El Mundo (nos tomó un poco el pelo) yBonnie Tucker del Buenos Aires Herald (nos ponderó de la A a la Z). Además de los habitués cueveros, vinieron a escucharnos chicos y chicas que estaban en sintonía con la beatlemanía y no podían creer que hubiera gente en la Capital sintonizada con algo de corte generacional. La consigna fue: “Debemos dar nuestro amor únicamente a seres fértiles”.