El próximo sábado 15 de julio el Municipio de San Fernando inaugurará, luego de un proceso de restauración histórico, el Palacio Belgrano-Otamendi. El famoso castillo de zona norte fue construido en la segunda mitad del siglo XIX por la familia Belgrano y es una de las joyas arquitectónicas más importantes de la provincia de Buenos Aires. Pasó por muchas manos, estuvo abandonado por años, sufrió actos vandálicos y el macrismo amenazó con demolerlo para hacer del terreno un negocio inmobiliario. En el 2020, gracias a la lucha de los vecinos de San Fernando, la gestión de Juan Andreotti logró la cesión del inmueble estatal al municipio e inició un ambicioso proyecto de restauración total que buscó reconstruir la historia del edificio y devolverlo a su estado original. Luego de dos años de obras, el Palacio Belgrano-Otamendi se encuentra listo para convertirse en el nuevo polo cultural de San Fernando. En él, funcionará un museo con salas de exposición dedicadas a la historia del palacio y tendrá sede la Secretaría de Cultura.

Su historia

A fines de 1870, Joaquín Mariano Belgrano, fundador de la Sociedad Central de Arquitectos y sobrino bisnieto del prócer nacional, comenzó a construir su mayor obra: un lujoso palacio de veraneo en la zona de San Fernando. El Palacio tenía ocho plantas, cinco escaleras y más de veinte habitaciones. Para su elaboración se importaron de Europa mosaicos, pizarra, vitrales, peldaños de mármol biselado de Carrara, pisos de roble de Eslovenia y un mural de mayólica de la ciudad de Delft.

Era una época donde las familias de la élite porteña elegían las zonas aledañas a la ciudad para instalar sus residencias de descanso y la familia Belgrano estaba íntimamente ligada a la localidad. El hermano mayor del prócer fue la primera autoridad del, por entonces llamado, pago de Las conchas.

El palacio de Joaquín Belgrano terminó de construirse en 1882. Con su esposa se mudaron ese mismo año y, a los pocos meses, decidieron hacer del espacio su vivienda estable. Habitaron durante dos décadas, hasta la temprana muerte de Belgrano. A partir de este hecho, el palacio comenzó una larga historia de traspasos y abandonos que se sucedieron hasta la actualidad. Su heredera vendió la propiedad a Rómulo Otamendi, que buscaba instalarse en la provincia para cuidar la frágil salud respiratoria de su hija Matilde. La familia Otamendi hizo algunas modificaciones al edificio, pero Matilde murió joven y sus padres decidieron abandonar la propiedad. En la década del treinta, donaron el palacio al estado nacional con el fin de que sea utilizado con fines educativos.

Por más de setenta años el palacio funcionó como asilo para huérfanas y mujeres en situación de vulnerabilidad. Con el objetivo de dar espacio al centenar de mujeres que vivieron en la institución, las distintas gestiones modificaron el edificio y construyeron anexos que no respetaron el valor histórico del palacio.

En el año 2001 el castillo de San Fernando dejó de funcionar y el espacio quedó abandonado por décadas en las que sufrió actos vandálicos, robos, un sospechoso incendio que arruinó la totalidad de los techos y, a principios del 2019, la mano macrista, que declaró innecesario el palacete y amenazó con demolerlo. Los vecinos de San Fernando se organizaron y reclamaron al municipio que se hiciera cargo del palacio con el fin de que se ponga en valor una pieza fundamental del patrimonio histórico de San Fernando. “Tiene elementos de los castillos germánicos y de la arquitectura neogótica. En la generación del ochenta era habitual que se tomaran del repertorio arquitectónico clásico elementos a gusto. El palacio es un gran referente de lo que los arquitectos llamamos eclecticismo, una palabra que hace referencia a esta actitud de juntar distintos estilos en un mismo edificio. La torre del Palacio, por ejemplo, replica una torreta militar.” explicó Matías Gigli, un arquitecto que intervino en la campaña vecinal para que este edificio fuera rescatado. De esta campaña participaron Marcos y Victoria Belgrano, el bisnieto y la tataranieta del arquitecto fundador.

En el 2020, la Cámara de Senadores de la Nación aprobó el proyecto de la Diputada Nacional Alicia Aparicio que pedía el traslado del inmueble al municipio de San Fernando y se inició el largo proceso de rescate del palacio con fondos municipales.

La restauración

”No hay planos originales que nos puedan dar información sobre el palacio, pero sí fotografías históricas que nos permitieron definir su estructura original”, afirmó Cecilia Tucat, Secretaria de Obras Públicas de San Fernando. La primera parte del proyecto consistió en diagnosticar el estado general del inmueble y definir las obras a realizar. “El palacio fue muy bien construido, por lo tanto las paredes y carpinterías necesitaban sólo ser restauradas, su estructura era buena. Lo único que no estaba era el techo“, agregó.

A través de un exhaustivo proceso de investigación se buscó diferenciar aquellos elementos del palacio que datan de fechas históricas de sus posteriores modificaciones . En este sentido, el equipo de restauración decidió recuperar el diseño original que planeó Joaquín Belgrano y mantener las pequeñas modificaciones que llevó a cabo la familia Otamendi. “Demolimos una loza que tapaba un balcón y que había sido hecha posteriormente. Además, se demolió un adosamiento al palacio de hormigón con subsuelo que se construyó cuando era un asilo. Era difícil entender cómo se les ocurrió hacerlo, no tenía nada que ver con la historia del palacio. Por último, se demolió una caballeriza que no databa exactamente de esa época, por eso no se declaró monumento histórico y pudimos sacarlas.” declaró Tucat.

El mayor reto de la restauración fue recuperar y completar muchas de las piezas históricas importadas. Para la escalera principal de cedro, quemada parcialmente por el incendio, se trabajó con artesanos que replicaron la parte faltante. “Se realizó una restauración integral, pasamanos, barandas, balaustres”, detalló Tucat.

En el espacio recuperado por las demoliciones se realizó un parque que rescata la vegetación propia del entorno. Este parque quedará abierto las veinticuatro horas del día, formando un paseo público que se unirá al futuro teatro de San Fernando, actualmente en proceso de construcción.

Esta inauguración significa un acto muy importante para los vecinos de San Fernando que históricamente reclamaron por la obra. Este sábado 15 de julio a las tres de la tarde, podrán recorrer por primera vez su patrimonio histórico que, junto a la construcción del nuevo teatro, formará parte de un nuevo polo cultural en el centro de San Fernando y disponible para todos los habitantes bonaerenses.