Lacan ubica al fantasma no como opuesto a la realidad sino como el marco desde el cual miramos la realidad. El fantasma es esa ficción que vela lo real del sexo. ¿Qué marcos se ofrecen hoy para los velos de la sexualidad? ¿Es posible una visión sin marco?

Ese Ojo absoluto señalado por Gerard Wajcman responde a la ideología de un amo que intenta abolir la ventana y cree que se puede verlo todo. Ese amo que pregona la trasparencia, la exhibición y el decirlo todo también pregona el sé tú mismo compatible con del individualismo contemporáneo, que tiene hoy día un capítulo nuevo a través de la autodeterminación del sexo. ¿Se puede ser uno mismo prescindiendo del fantasma?

Desde las pantallas de internet se exhiben un variado menú de fantasmas en el cual se vende sexo y se comercializan los fantasmas para todos. Voyeristas, exhibicionistas, sadomasoquistas, de a dos, de a tres, como no hay menú fijo para la relación sexual, por internet se ofrecen menús a la carta. El cuerpo despojado de sus velos se vuelve obsceno no erótico y la sexualidad y el erotismo por estar en todas partes no está en ningún lado, termina banalizada.

Transexualismo, pornografía, abuso sexual infantil y también violencia de género son síntomas que se presentan como respuestas al imposible sexual.

Se trata no sólo de ver que podemos decir como psicoanalistas del transexualismo o la violencia de género, sino de considerarlos como la ventana desde la cual leer la actualidad que se presenta sin ley, con sus efectos de segregación, de guerra entre los sexos, racismos, rechazos de la situación en una pluralidad de nominaciones, que autorizados en el "Yo soy", "Yo me auto percibo" o "Yo tengo derecho", recurren a la ciencia para que les dé un cuerpo y a las leyes para que les dé los nombres que ya no da el padre.

*Psicoanalista de la EOL. Anticipo XXVI Jornadas Anuales EOL.