Las tierras ferroviarias

Ante el Decreto 652/17, firmado por el presidente Macri, que establece en su artículo primero "delégase en el Ministro de Transporte la facultad de clausurar ramales ferroviarios en forma definitiva y proceder al levantamiento de las vías y demás instalaciones ferroviarias", se enciende una peligrosa luz de alerta sobre el futuro de las tierras ferroviarias, tanto en lo que refiere a la preservación de las que son necesarias en un imprescindible plan de reactivación de los servicios ferroviarios de cargas y pasajeros; como en cuanto al destino que pueden tener las mismas, no orientado al bien común, sino al beneficio económico de unos pocos.

Los antecedentes recientes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,  donde convergen el control directo del gobierno de la ciudad con el del gobierno de la Nación, son sumamente ilustrativos en este sentido. Así, amparándose en la "Ley" 22423, de la dictadura militar (no ratificado por gobiernos democráticos posteriores), firmado por Videla y Martínez de Hoz, el gobierno de la CABA, puso a remate público, con fines de negocio inmobiliario para edificaciones de lujo, las tierras conocidas como Catalinas Norte 2, adyacentes a Retiro, violando el Plan Urbano‑Ambiental de la ciudad, así como el artículo 75 de la constitución nacional que requiere la autorización del Congreso -obviada- para enajenar tierras del Estado Nacional. Una situación similar se dio en Colegiales.

Ahora bien, Rosario no está ajena estos riesgos. Ya se ha intentado inhabilitar vías férreas potencialmente aprovechables para el FFCC, ocupándolas con negocios privados tales como playas de estacionamiento. Igualmente la falta de terminación de las instalaciones y servicios de la Estación Rosario Sur (Ex Apeadero Sur), demuestran el poco interés estatal en recuperar y desarrollar el Ferrocarril.

Alberto Cortés

candidato a Concejal

Frente Social y Popular FSP