Personal de Gendarmería Nacional inspeccionó la casa de Marcelo Villalba, uno de los dos detenidos por el femicidio de Anahí Benítez, pero sin encontrar rastros de la víctima, según informó un vocero de la fuerza de seguridad. Villaba fue apresado hace una semana, cuando se detectó que el teléfono de Anahí lo tenía un hijo suyo, de 16 años, quien aseguró que su propio padre le había regalado ese teléfono. Dos días atrás, fue rastrillada la casa del otro detenido en la causa, Marcelo Bazán, donde se encontraron 13 granadas lacrimógenas. Anahí fue enterrada desnuda en la reserva Santa Catalina de Lomas de Zamora. La autopsia forense determinó que la adolescente de 16 años murió asfixiada.