Para el 43 por ciento de los inquilinos porteños el alquiler representa más del 40 por ciento de sus ingresos. En el Sur de la Ciudad esa relación llega al 60 por ciento. Los datos se desprenden del informe que presentó el Centro de Estudios Metropolitanos (CEM), dependiente de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), que mide las Inseguridades Sociales con respecto al hábitat y la movilidad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

Las conclusiones surgen del 3° Monitor del Clima Social realizado por el CEM, la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Hurlingham, presentado este mes.

El relevamiento detalló que en el ítem hábitat, uno de cada cuatro de los entrevistados afirmó haber tenido problemas para mantener su hogar en el último año; y que los más afectados fueron aquellos que alquilan (uno de cada tres en CABA).

Entre los inquilinos, la relación alquiler-ingresos encontró su máximo desequilibrio en el sur de la ciudad, donde los contratos se llevan el 60  por ciento de los ingresos. Además, un 43 por ciento sostuvo que para alquilar debía destinar más del 40 por ciento de sus ingresos; y un 30 por ciento afirmó que representaba entre un 20 y un 40 por ciento de sus ingresos. 

Por otra parte, entre los mayores de 75 años, el 36 por ciento dijo que  tuvo problemas para conservar su hogar. 

El director del CEM, Matías Barroetaveña, explicó que “el alquiler se lleva gran parte de los ingresos de los habitantes del AMBA. Esa situación, en el marco de un alto nivel de incertidumbre económica, aumenta la inseguridad social de la mayoría de los inquilinos”.

Para el rector de la UMET, Nicolás Trotta, queda “nuevamente  en evidencia que los sectores que registran menores ingresos, son los menos beneficiados por las políticas sociales aplicadas en la ciudad”. “Casi la mitad de los habitantes de CABA debe destinar 40 por ciento de su sueldo a pagar vivienda, que sumado a los servicios básicos, impiden que se reactive la rueda de consumo”, señaló.

En cuanto a la movilidad en la ciudad, se consultó el tiempo de traslado entre la casa y el lugar de trabajo o estudio: el 72 por ciento de los entrevistados afirmó tardar menos de una hora: en el este llega al 81 por ciento y en la norte al 76; la menor cifra aparece en el sur, con apenas 54 por ciento. El estudio concluyó que las inseguridades sociales vinculadas al hábitat y la movilidad tienden a ser más estructurales y a largo plazo, y están vinculadas  a Infraestructura, inversión pública y mercado del suelo.