Un hombre entra a una panadería y pide un pedazo de pan para comer. El panadero hace un paquetito y se lo da. Afuera aparecen las primeras sombras de la noche. El local está cerca de unas calles de tierra en un barrio popular de Ezeiza. En la puerta se juntan madres que esperan llevarse algo para su familia.
--¿Siempre es así?
--Viene gente mayor pidiendo un poco de pan. Duele en el alma. Está en juego la dignidad de esa persona. Para un hombre de 30 o 35 años se trata de su dignidad.
--¿Qué hacen los panaderos con lo que sobra?
--¿Sabés qué hago?: pan rallado. Y hay facturas para los chicos. Llevo pan a tres iglesias. Y a comedores populares.
--¿Dejarías algún día todo esto?
--Vivo en un barrio de calles de tierra. No lo cambio ¿Por qué no te mudás?, me preguntan. No, dejame acá, les digo. Conozco a los vecinos. Nací aquí y aquí me voy a morir. El pelotero para los chicos es la misma calle. Tenés que tener un poco de empatía con la gente.

Nada es pan comido

Darío Santillán tiene 45 años, una esposa y tres hijos de 12, 8 y 5 años. Tan solo hace tres años que es dueño de la panadería. Trabajó desde que era un muchachito. "Sé lo que es no tener", afirma. Una vez le pidió a un vecino plata para comprar una caja de pastillas Renomé y se largó a venderlas en los trenes. Terminó la primaria en una escuela nocturna. Trabajó 12 años en una empresa de producción de pollos. El padre fue quien lo inició al pedirle que lo ayudara en su panadería. Y hoy es directivo de la Federación Panaderil de la Provincia de Buenos Aires.

--¿Cómo te llevás con tu nombre y apellido?
--(Sonríe) Si, siempre me dicen lo mismo (por el joven militante acribillado por la policía en una marcha junto con Maxi Kosteki en 2002) ¡Yo soy Ricardo Darío, eh! En definitiva luchamos por las mismas causas justas. No me cae mal.
--¿Cuál son esas causas?
--Apoyo a la Mesa Empresaria (impulsada por la Confederación General Empresaria, CGERA) y estoy metido en la Federación.
--¿Te considerás un militante?
--Le estoy agradecido a Marcelo Fernández (presidente de CGERA). Nos habla de José Ber Gelbard (ministro de Economía del tercer gobierno de Juan Perón, en 1973-74). A un país así le tiene que ir bien. Gelbard fue ministro de Economía con cuarto grado de la primaria. Y fue la mejor época del país (50% de la renta nacional para los trabajadores). Llevó adelante el país. Después se abrió el libre mercado. La gente se quedaba sin trabajo. Ahora la CGERA vuelve a impulsar la producción y el trabajo. Darle una mano a las pymes ¿Cómo no vas a querer acompañar? ¿Cómo no vas a querer luchar por algo?

El pan nuestro de cada día

A las tres de la madrugada de cada bendito día se prenden las máquinas para hacer la masa. Vuelcan las bolsas de harina. Se echa la levadura, se amasa, alguien enciende el horno. Una cortadora va trozando. A las 6 se empieza a atender en el mostrador. Otros hacen el reparto.
---Las panaderías se han transformado. Ahora hay cafetería, se venden pizzas y empanadas, rotisería. No existe más la panadería de antes. Había que aguantar frente a todo lo que ha pasado. El que trabaja sabe hacer de todo en sus ocho horas de jornada.
--¿Las herramientas son muy caras?
--Esto cuesta muchísimo. Hay que endeudarse. Yo sigo pagando créditos. Es desgastante. Pero es lo que sé hacer, lo que aprendí.
--¿Se aprende mirando?
--Vos te reirás pero la panadería es una escuela de oficio. El pastelero te enseña la pastelería. No tuviste que pagar una cuota de nada. La gran mayoría no hizo ningún curso. Se hicieron panaderos aquí adentro.
--¿Tus hijos te seguirán?
--El más chico agarra la masa o se pone a barrer (sonríe). Pero el trabajo es muy duro.

No solo de pan vive el panadero

Hay casi 15.000 panaderías en la provincia de Buenos Aires. Rige para todo el país un Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA) que subsidia la bolsa de harina. El objetivo es garantizar un precio de referencia para el mercado interno.
--¿Funciona el FETA?
--Ha ayudado bastante. Por ahora se viene cumpliendo. La bolsa de 25 kilos está en 3.300 pesos promedio. Venimos con costos altos. Pero no dejamos de ver la realidad de la gente, la inflación.
--¿Hay crédito?
--Había y nadie estaba enterado. Hay municipios y cámaras que funcionan como 'rapipagos'. Te cobran por ser socio pero falta información. Los créditos van de 60 a 400 millones de pesos para la compra de herramientas de pymes. Hay un Fondo de Garantía de la Provincia de Buenos Aires. Recursos que el Estado te da para crecer.
Otra medida muy importante es la sancionada por Diputados del Primer Empleo Pyme. Exime el 100 por ciento de las contribuciones patronales durante dos años. Es cambiar los planes sociales por empleo formal.
--¿Y las últimas medidas del ministro Massa?
--La devolución del IVA, sinceramente, creo que va influir en un aumento del poder adquisitivo de salarios. Va a alcanzar un poco más la plata.
--¿Han cerrado panaderías?
--No. Pero las ventas de los derivados (facturas, tortas) han bajado bastante.
--¿Y las panaderías clandestinas?
--Son otras 15.000 en la provincia. No es lo mismo pagar impuestos, como nosotros, que los que no pagan nada. Pero el gobierno lo acomodó: el que no paga no puede acceder a la bolsa subsidiada.

Al pan, pan...

--¿No es la panadería un lugar de debate?
--Te toman de psicólogo.
--¿Hay inquietud frente a las elecciones?
--Tenemos que ser un puente entre la política y las pymes. Hay preocupación por lo que puede venir. Pero yo te digo que esto se va a estabilizar. No es porque yo sea peronista. Mi viejo era peronista. Muchos vecinos me dicen: "Vos apoyás al gobierno por eso". Pero yo les digo que hay un Estado que te da herramientas para crecer. Hay máquinas de 20 o 25 millones de pesos. Te harían bajar los costos. Producen 500 kilos de pan por hora. Es para hacer pan a granel y llevarlo a las estaciones de trenes, donde hay mayor consumo.
--Pero las tasas de interés son elevadas.
--Cuándo ves la tasas, decís: ¿cuándo recupero la inversión? Hoy depositás en el banco tres millones de pesos y ganás 200.000 pesos por mes. Salvo que haya un corralito... La cuestión es si miro solo para mi o para todos. Noto que la gente esperaba otra cosa de este gobierno. Pero igual hay que explicarles que durante la pandemia se hubiera quedado mucha gente sin trabajo si el gobierno no pagaba los sueldos. ¡Hubiera sido un desastre! Una desocupación inmensa.
--¿A cuánto venden el kilo de pan en Ezeiza?
--Entre 720 y 800 pesos. Las facturas entre 1.800 y 2.000 pesos. Llegamos a tener el pan a 560 pesos cuando había subido a 800. Es una realidad. No podés aumentar. ¡Y un kilo de milanesa cuesta 4.500 pesos!, cuando hay gente que gana 7.000 u 8.000 pesos por día.

Sube la levadura

Santillán dice que "muchos están ajenos a la realidad de cómo se maneja la polìtica". Pero confía en que la gente será la levadura del pan que saldrá caliente con toda su sabrosura.

--Uno de los mejores gobiernos de este país fue el de Néstor Kirchner --dice Santillán--. Para mi el peronismo es cultura del trabajo. Es tener trabajo en blanco, derechos, el aguinaldo, las vacaciones. Siempre valoro al que labura, al que se levanta y va, sea quien sea o de donde sea. Como peronistas pensamos que debe haber una cosa social para todo el mundo. ¿Viste los actos de Milei? ¿Viste pibes de barrio? Mucha clase media alta.
--Hay de todo.
--Es más un voto de enojo que otra cosa. Viene de lo que pasó con Macri y ahora. Son ocho años. Pero vamos a ganar, lo vamos a dar vuelta.


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