“Creemos que es necesario articular esfuerzos comunes en torno a comunidades indígenas y afrodescendientes, ya que son nuestros orígenes como latinos. Son ese ‘otro’ que somos nosotros”, dicen a PáginaI12 Araceli Flores y Fernando Gutiérrez, los organizadores del Festival Internacional de Teatro y Tradiciones Nativo Americanas (Fittna), que empezó ayer, yseguirá hoy y el domingo en el Centro Cultural Raíces (Agrelo 3045). En esta edición, que es la segunda, participarán creadores de México, Colombia y la Argentina, con un abanico de expresiones: música, teatro, danza, narración oral, fotografía, pintura e incluso talleres de comida típica. El festival incorpora proyectos culturales que “están intencionados al rescate de las tradiciones indígenas y campesinas”.

Es una iniciativa de AjiMaíz, colectivo integrado por artistas de los tres países participantes, que desarrolla, además de esta actividad, el Festival Raíces para los Niños y montajes que incorporan nuevas tecnologías. En Buenos Aires tienen un lazo con el C. C. Raíces. En coproducción con esta institución, hicieron en 2015 una obra para niños, que realzaba historias y tradiciones de la Argentina, México y Colombia. “Así surgió la necesidad de profundizar en torno a lo originario”, cuenta Gutiérrez, actor y director colombiano. Luego, de gira, se toparon con una comunidad muisca en Colombia –“una cooperativa que hace arte, recuperación de lengua y prácticas ancestrales”–  y con un grupo de fotógrafos mexicanos en Chiapas. “La red se fue ampliando y vimos necesario sembrar una acción que hablara de esta coyuntura. Que preguntara y respondiera al mismo tiempo.”

La programación arrancó con una exposición fotográfica del colectivo mexicano Tragame Luz, una muestra visual de Ana Maldonado y un show de música folklórica del altiplano, a cargo del charanguista Rolando Goldman y el guitarrista Marcos di Paulo. Hoy, el dúo conformado por Graciela Mendoza y Leandro Kalén ofrecerá una performance musical para niños a partir de instrumentos autóctonos nacionales. También se presentará Afrolatinoamericanas, obra teatral de Alejandra Egido, sobre textos históricos y poéticos escritos por mujeres afro-latinoamericanas que relatan gestas, pasiones, pesares e ilusiones desde la época de la esclavitud hasta la actualidad. Finalmente, mañana será el turno del espectáculo de títeres Pacha y Amancay, con relatos, juegos, cantos y danza; de las leyendas mexicanas de Teresa Figueroa, narradora oral; y del Grupo La Familia, abocada al candombe argentino. Además, se presentará Mango Viche, banda que interpreta ritmos de la costa del Pacífico colombiano.

“Nos propusimos aunar esfuerzos y programar actividades en simultáneo, sincronizar y transmitir, borrar fronteras con la tecnología. La sorpresa más grande fue cuando uno de los artistas convocados, Juan Namuncura, un descendiente mapuche, interpretó canciones en su lengua con un theremín y otros instrumentos musicales tradicionales, mientras podíamos ver en vivo, al fondo del mismo espacio, la transmisión de una obra muisca”, detalla el actor. En diciembre habrá otra edición del festival en el Centro Cultural Los Ariles, en Jalisco (México). Como lo que sucederá aquí en el Raíces, será transmitido en vivo a través de la página web del evento. La entrada para las funciones es gratuita y habrá espectáculos en escuelas y hospitales. “Creemos importante llevar actividades artísticas a lugares adonde comúnmente no se tienen acciones vinculadas al arte, buscando establecer una red. Y los centros educativos son espacios donde se comparten saberes. Qué mejor que esos espacios para compartir sobre nuestros orígenes”, aporta Flores, mexicana, también actriz y directora.

La artista especifica los objetivos de este encuentro: “contribuir a la visibización de todas aquellas comunidades o grupos que han sido silenciados por décadas y la difusión de su patrimonio cultural intangible, sus vidas, canciones, cultura y cosmovisión” es tal vez el primordial. “También creemos en el arte como una línea de activismo comunitario, nos preocupa la participación barrial de Balvanera y la vinculación con diversos sectores, como niños en situación vulnerable. Nos oponemos a la opinión única, por ello este festival lo abrimos como un espacio para que continúen estas manifestaciones. En este camino que investigamos hemos encontrado otras formas de vivir y de convivir, promoviendo esto para encontrar formas de avanzar”, completa.   

Sobre estéticas y temáticas, los organizadores del festival coinciden en remarcar la diversidad. “Lo nativo abre una gran pregunta, y es la relación con lo originario. Un hallazgo es que parece no existir un purismo, o sea, no hay nada que no esté afectado por otros, el espectro se abre en una gran relación de mezclas, mestizajes. Todos estos proyectos están atravesados por la necesidad de visibilización de comunidades indígenas y afrodescendientes, muchos son proyectos artísticos activistas”, sostiene Gutiérrez. 

Esta segunda edición estará centrada en el trabajo de creadores afrodescendientes argentinos. Los protagonistas del encuentro, hay que aclararlo, no son artistas necesariamente pertenecientes a comunidades originarias. Pueden serlo como no. También participan otros con interés en hacer visible tradición, cosmovisiones, situaciones e historias de estos pueblos. “Por supuesto que en el festival se hará un pronunciamiento para la aparición con vida de Santiago Maldonado, dado que repudiamos cualquier represión hacia los pueblos originarios y los activistas que defienden su lucha. Adherimos a la marcha no de manera presencial, sino activando desde nuestra trinchera. Exigiendo la aparición de Maldonado y de tantos otros desaparecidos en América latina”, concluyen los artistas.