En medio de un contexto de violencia y crispación que a diario se fogonea desde las usinas del Gobierno, hoy el oficialismo denunció una supuesta amenaza contra el Presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal. La enigmática intimidación llegó en una hoja de carta a un local de Cambiemos de Aldo Bonzi, en La Matanza. Los funcionarios de Cambiemos registran una larga lista de supuestas amenazas, ampliamente difundidas pero que finalmente habían sido originadas por jóvenes dispuestos a hacer bromas, pacientes psiquiátricos y novios celosos, que de todos modos terminaron en la cárcel.

La nueva amenaza decía: "Están todos muertos... En la marcha Cambiemos Bonzi facho. QEPD MEV MM", en referencia a las iniciales de la gobernadora bonaerense y del Presidente.

La denuncia se radicó ayer en la subcomisaría de Aldo Bonzi, donde un colaborador de un local partidario situado en la calle Alico 841, de esa localidad del distrito bonaerense de La Matanza, declaró haber hallado "un sobre negro en el piso que habían arrojado por abajo de la persiana" del local. El denunciante dijo que encontró el sobre a las 15.15, y al abrirlo contenía "una hoja en blanco tipo oficio con una inscripción con cinta aisladora negra".

Tras la denuncia, la fiscal Andrea Palín, de la UFI N° 9 de La Matanza, dispuso una consigna policial en el local de Cambiemos. Además, la Policía Científica realizó peritajes sobre huellas y rastros, y también se hizo un relevamiento de cámaras de seguridad de la zona.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, no quiso dejar pasar la oportunidad y también se refirió a la hoja oficio con una amenaza que llegó a un local partidario del conurbano. "Las amenazas se toman muy en serio", opinó. Y fue más allá: "No nos van a parar, seguiremos trabajando para cambiar este país".

Peña recordó que "por suerte la mayoría de estas amenazas son aclaradas". El ministro se refería a los megaoperativos que montó la ministra Patricia Bullrich para identificar y detener a los autores de amenazas que finalmente resultaron ser un chasco, pero cuyos autores terminaron presos. En algunos casos, hasta varias semanas, como los dos jóvenes de 21 años que simularon ser terroristas musulmanes. Su detención se anunció con bombos y platillos. Aunque las fuerzas de seguridad habían dicho que los detenidos eran "dos jóvenes aburridos que no sabían qué hacer”, Bullrich convocó a una conferencia de prensa y con rostro serio -como también lo hizo hoy Marcos Peña al referirse a la amenaza en Aldo Bonzi- informó que se había desarticulado una célula de twitteros: "Queremos transmitirle tranquilidad a la gente", aseguró ese día Bullrich.