El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó hoy al Congreso a trabajar en la aprobación de una reforma migratoria "que anteponga los puestos de trabajo y la seguridad de los estadounidenses". "Estamos enfrentándonos al síntoma de un problema de larga duración, la inmigración ilegal, junto a muchos otros problemas migratorios crónicos que Washington ha dejado sin resolver", manifestó la Casa Blanca a través de un comunicado en el que justificó la decisión de cancelar el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), que protegía de la deportación a más de 800.000 jóvenes indocumentados llevados de niños por sus padres a Estados Unidos.

                 Trump, quien dijo amar a los "Dreamers" y desde su asunción se había comprometido a tratar con un "gran corazón" este sensible tema, no compareció ante cámaras para explicar la decisión, pero rápidamente la defendió en una declaración escrita. "Nuestra primera y más alta prioridad en el avance de la reforma sobre inmigración debe ser mejorar los empleos, los salarios y la seguridad de los trabajadores estadounidenses y sus familias", dijo.

               "No estoy a favor de castigar a los niños, la mayoría de los cuales son ahora adultos, por las acciones de sus padres", enfatizó. "Pero también debemos reconocer que somos una nación de leyes", añadió, subrayando que el Poder Legislativo, no el Ejecutivo, es responsable de legislar en la materia.

               Su antecesor, Barack Obama había creado por decreto el DACA luego de haber fracasado en su intento de aprobar en el Congreso una norma sobre los inmigrantes ilegales llegados de niños, la Ley DREAM, acrónimo en inglés de "Fomento para el progreso, alivio y educación para menores extranjeros", que bautizó a estos inmigrantes sin papeles como "dreamers" (soñadores).

              "Debemos recordar que los jóvenes estadounidenses también tienen sueños", puntualizó Trump. Según el comunicado oficial, la cancelación del DACA abre "una oportunidad" para que el Congreso "finalmente" trabaje en una ley migratoria. La administración Trump ha otorgado una prórroga de seis meses para el vencimiento de los primeros permisos de estancia y trabajo de los jóvenes acogidos al programa, conocidos popularmente como "dreamers" (soñadores), tiempo durante el cual el Congreso debería elaborar una nueva legislación.

               En el comunicado difundido por la Casa Blanca, Trump aseguró que no ha querido castigar a los "dreamers" por las acciones de sus padres pero aseguró que está cumpliendo la ley porque Obama, que aprobó el DACA en 2012 por decreto, se extralimitó en sus facultades. "Antes de preguntarnos qué es justo para los inmigrantes ilegales debemos preguntarnos qué es justo para las familias estadounidenses, los estudiantes, los contribuyentes y quienes buscan trabajo", indicó Trump.

              "El Congreso tiene ahora la oportunidad de avanzar en una reforma migratoria responsable que ponga los puestos de trabajo de los estadounidenses y la seguridad de los estadounidenses primero", indicó. "Estar en el Gobierno significa sentar prioridades", señaló. "¡Ha llegado el momento de que el Congreso actúe!".                 

                   La secretaria de Seguridad Interior, Elaine Duke, por su parte, aclaró que "ningún beneficiario actual (del DACA) se verá afectado antes del 5 de marzo de 2018". Pero a partir de entonces, a menos que el Congreso apruebe una nueva legislación sobre el tema, los "dreamers" empezarán a estar ilegalmente en el país.

                "Es una tragedia", dijo a la agencia AFP Jessica Colotl, que le puso cara a los "Dreamers" en 2010 por conducir sin licencia y quedar al borde de la deportación. "Me siento muy frustrada en este momento porque el DACA ha beneficiado a mucha gente". "Es muy injusto que de la noche a la mañana se nos vaya a arrebatar el sueño de nuestras manos", agregó esta joven nacida en México hace 29 años y que vive en Estados Unidos desde los 11, anticipando la pelea de los "dreamers" por permanecer legalmente en el país.

El Gobierno de México, a su turno, lamentó la iniciativa oficial y expresó su "profunda preocupación" por el futuro de los llamados "dreamers". 

            El presidente de la Cámara de Comercio Hispana, Javier Palomarez, mientras tanto, anunció su renuncia como asesor del presidente y calificó a Trump como un “mentiroso”.

            El alcalde de Nueva York, Andrew Cuomo, denunció, a su vez, que el discurso de Trump "sirve para alimentar la bestia del racismo", lamentó que el mandatario "le haya declarado la guerra a los inmigrantes", y advirtió que el ataque "no es contra los blancos" sino "contra los negros y latinos". "Nueva York no va a demonizar la diversidad. No vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras 42.000 neoyorquinos son deportados. Si el presidente Trump rescinde el DACA, iremos a los tribunales", escribió Cuomo en Twitter. 

El ex presidente de México Vicente Fox, por su parte, manifestó que la decisión del magnate era “un acto vil”. Se estima que la mitad de los 12 millones de indocumentados que hay en Estados Unidos son mexicanos, y de ellos unos 625.000 están dentro del DACA, según la cancillería mexicana.