Info para spinetteanos, recién desclasificada: Juan del Barrio, tecladista del primer Jade, piensa recrear, igual de igualitas, cuatro piezas de Alma de diamante, disco del que fue parte en 1980: “Dale gracias”, “Sombras en los álamos”, “Amenabar” y “Digital Ayatollah”, más “Ella también”, que no es de aquel disco, pero es como si lo fuera. “Está en Kamikaze, sí, pero la hago porque cuando tocaba en Jade, Spinetta y Rapoport se quedaban solos en el medio del show, y la tocaban”, evoca Del Barrio, ante el semi homenaje a una de sus bandas más queridas, que tendrá fecha y lugar esta noche a las 21 en el Teatro Monteviejo (Lavalle 3177), en el marco de un ciclo organizado por Lalala Radio. Lo de semi es una formalidad, claro, y sirve para identificar un plus nada menor: las cinco piezas instrumentales de su último disco, más algún touch and go con otras bandas que también integró, como “De mi corazón a tu corazón directo para siempre”, tema que compuso junto a Miguel Zavaleta para el primer disco de Suéter, y “Rock and roll sobre la alfombra”, de los últimos Abuelos de la Nada. “También hacemos una de King Crimson de la época de Thrak (‘Vrooom Vrooom’) y otra de Mores-.Contursi (‘En esta tarde gris’), pero no en clave de tango”, anticipa el tecladista, pianista y compositor.

Combinación redonda, entonces, entre estreno en público de su nuevo y epónimo disco junto a su banda 3 Eléctrico (él, Alex Reggiani en batería y Tomás Ferrari en bajo), las rémoras jade y un par de perlitas pop para matizar. “Respecto de los temas del Flaco, no le damos ninguna vuelta: son todos covers”, sorprende Del Barrio, ataviado con una remera que reproduce la tapa de Red, el séptimo disco de King Crimson. “Es como una misión, casi, la de revivir esos temas, porque si no los toco yo, no sé quién va a tocarlos. No está Beto Satragni, no está Rapoport y, bueno, el Flaco, ¿no?”, refiere el tecladista, que no recurrió ni a masters ni a multipistas para revisar parte del material primigenio de Jade. “Nada de eso, lo sacamos todo de oreja. Lo hicimos un poco para la gente que quiere volver a escuchar ese sonido y también por mí, porque me encanta hacer los temas”, enfatiza Del Barrio, que inició su trayecto con los Músicos Independientes Asociados (MIA) allá por fines de los 70.

–¿No le importa que sean covers?

–Para nada. Es cierto que el rock se desarrolló con una mentalidad que los negaba, todo tenía que ser creativo y novedoso. Incluso, yo participé de toda esa historia y estaba en contra de los covers. Pero la vida te va llevando por otros lugares y a esta altura del partido me pregunto por qué no reproducir aquellos temas tal como eran. 

La iniciativa surgió del periodista y productor rosarino Horacio Vargas, que le propuso al trío tocar temas de Jade para un ciclo homenaje al rock argentino que se hizo en la Plataforma Lavardén. “Al principio estaba medio reticente, pero luego la pensé mejor y me pareció bien... No es que me estaban pidiendo hacer bossa nova o tocar ‘Zamba para una sola nota’”, se ríe el músico, que había vuelto a visitar perlas de Jade en el inolvidable concierto de Las Bandas Eternas. “Me di cuenta que tenía un prejuicio interno al no querer hacerlos. Pero la verdad es que no le estoy faltando el respeto a nadie, además está bueno tener la posibilidad de hacer sonar los temas que grabé con Spinetta”. El tecladista tenía 22 años cuando ocurrió aquel romance con lo mejor del arte musical argentino de la década del ‘80. “El primer concierto de Jade fue con Lito Vitale y Pedro Aznar, que estaba tocando con Seru Giran, y por lo tanto era casi imposible que pudiera continuar con nosotros. Fue el momento, también, de aquel concierto de Jade y Seru juntos en Obras”, recuerda. 

–¿Cómo se las va a arreglar para hacer un cover de los temas cantados de Jade?

–(Risas) Bueno, había dos caminos: llamar a Dhani Ferrón y a Rubén Goldín. Como ninguno de los dos podía, se los di a mi hija Catalina. Qué sé yo, es imposible emular la voz de Spinetta. Digamos que eso es lo único que no se respeta, porque no queda otra. 

No resulta un problema ni las cavilaciones sobre el valor del cover, ni cómo o dónde poner la voz en las cinco piezas que pueblan su disco con el trío, primero porque son suyas, y segundo –fundamental, claro– porque son instrumentales. “Algunos de estos temas los toqué por primera vez en 2002 con Pomo Lorenzo en batería y Javier Malosetti en bajo, pero la cosa quedó ahí porque es muy difícil llevar a adelante un proyecto instrumental, incluso siendo conscientes de esto. Respecto del repertorio, si tuviera que elegir uno de los temas que explique al resto optaría por “Viernes”, porque tiene un poco de rock sinfónico, pero a la vez es fácil de escuchar. No es King Crimson”, se ríe Del Barrio.

–¿Cómo banca esa remera que lleva puesta, entonces?

–Crimson me vuela la cabeza, pero tanto la banda de Fripp como Emerson, Lake & Palmer, más allá de toda esa maraña musical que presentaban, siempre sorprendían con alguna canción “escuchable”, al menos. En nuestro caso, ni siquiera hay una de ésas (risas).

–Incluso, más allá de haberlo tocado en tiempo y forma, cuando elige un cover de Spinetta va a “Digital Ayatollah”. Coherente, el hombre. 

–Totalmente (carcajadas). Igual, esto tiene una explicación, porque entra dentro de la estética de la banda, que en principio caracterizábamos como jazz-rock sinfónico y después nos arrepentimos, y cambiamos el rótulo por el de funk-rock sinfónico. De hecho, el primer tema del disco se llama “Funky”.

–Esto lo acercaría más, aunque entre mil comillas, a la tercera pata del repertorio, que está dada por las versiones que hace de Suéter y de Los Abuelos.

–Sí, son temas cuya música compuse yo. La verdad es que, si bien mi palo es hacer música instrumental, también disfruto mucho haciendo canciones.