La solastalgia es un concepto nuevo que refiere, en líneas generales, a los efectos psicológicos y emocionales (angustia, estrés, ansiedad) que genera una crisis ambiental en una comunidad nativa. El cantautor y productor patagónico Shaman Herrera, afincado en Epuyén, conoció el término hace un par de años y lo experimentó en carne propia cuando asistió a la tragedia de ver cómo se incendiaron cientos de casas y miles de hectáreas de bosques nativos en la zona de la Comarca Andina de Chubut y Rio Negro. Esa situación inspiró la composición de un conjunto de canciones que aluden a la crisis ambiental, social y cultural que atraviesa la humanidad. Y sí, el disco se llama Solastalgia (2023) y lo presentará este sábado 11 de noviembre a las 20 en Xirgu Untref (Chacabuco 875). La fecha será compartida con la cantante, compositora y productora Mariana Michi (ver aparte).

“Siempre absorbo mucho de lo que sucede en mi entorno inmediato y en un momento ocurrió lo de los incendios en la Comarca Andina, en 2021”, enmarca Herrera. “Igualmente yo ya venía con estas preocupaciones. Y más cuando ya te desconectás de la ciudad y estás en un entorno natural. Uno se sensibiliza mucho más con lo que está pasando con el cambio climático y con la crisis del medio ambiente”, dice el músico y productor, quien hizo base durante 17 años en la ciudad de La Plata, pero que en 2018 regresó a sus pagos patagónicos. “Al concepto solastalgia llegué hablando de estos temas con gente de acá, como Lucas Chiappe, que es un ecologista y fotógrafo de la naturaleza”, cuenta.

“De entrada la palabra me generó mucho misterio y me quedó resonando. Finalmente cuando tuve las canciones y empecé a encontrar de qué iba a todo la recordé y quedó en el título. Las canciones están atravesadas por ese sentimiento: una sensación de tristeza y enojo por ver el deterioro del mundo”, explica sobre el concepto. “Está bueno que el fenómeno tenga un nombre, porque reconocer las cosas también te invita a la acción, a hacer algo en consecuencia. Uno no puede hacerse el boludo cuando ya sabe algo”, entiende el músico. “Decidimos que las regalías digitales de las canciones que me corresponden como artista vayan todas al proyecto Reforestarg, que está integrado por un grupo de personas de una comunidad que se armó en Cholila. Son personas que plantan árboles en los bosques que se quemaron en la Patagonia. Y ahí sentí que cerraba un poco el círculo. Aunque es ínfimo, es una forma de retribución”.

-¿Todas las canciones refieren a la angustia provocada por la crisis ambiental?

-El colapso ambiental también es un colapso de la civilización. Todo se está cayendo, el sistema mismo. Algunas canciones no hablan del medio ambiente, sino de otros factores dentro de eso. Ninguna canción lo trata desde algún lugar demasiado explícito. Son reacciones catárquicas que muestran sensaciones e imágenes que están relacionadas al tema, pero que no necesariamente hablan del cambio climático. La primera canción, "Mar de gente", habla del colapso social. "La visión" es una canción que describe a un personaje que es como una especie de Elon Musk, un tipo lleno de guita que está solo en su torre cuando el mundo se está destruyendo y lo que tiene no le sirve para nada. Porque eventualmente siento que es eso. Si no hay mundo, no hay mundo para nadie. Estas canciones son imágenes del colapso. Después, "La aspereza de la libertad" es una canción que hice cuando sucedió el levantamiento de los estudiantes en Chile por el boleto estudiantil. O "La hoguera", por ejemplo, habla sobre los incendios. Es una energía densa la que tiene el disco…

-Pero es una densidad que impulsa hacia adelante, hacia la acción.

-Es un disco que te pide un compromiso, te pide que lo escuches, que no lo dejes pasar. Es un poco eso, es exigente. Es algo novedoso en mis canciones que haya una cuestión más mundana.

Solastalgia, además de ecléctico, dramático y profundo, es un disco muy compartido. Casi que hay un invitado por canción. Los que participan son todos artistas independientes muy cercanos a su obra. Son de su mismo planeta musical, de hecho. Chancha Via Circuito y Sof Tot participan en "Nubil"; Mariana Michi en "Febril pantalla"; Sofía Viola en "La aspereza de la libertad"; Carmen Sánchez Viamonte en “Dormida”; Anabella Cartolano en “Ruido blanco”; Diego Martez en “Lamento del espejo”; Niña Tormenta (Chile) en “La hogera” y Juan Belvis en “Carro azul”, entre otros. “Muchas de estas canciones las fui haciendo en una vorágine compositiva muy intensa. Pero al mismo tiempo empecé a componer pensando en no cantar yo, sino en buscar otras voces”, explica el también productor.

“Después aparecieron las personas, encontré la canción para cada una. En el disco que hicimos con El Fuego, En viento en los escombros (2023), está Paula Trama y Riáh. Ya venía componiendo para otras voces”, se explaya. “Me interesaba ponerme más en un rol de productor con mis propias canciones y ver qué era lo mejor para la canción. A mí me encanta cantar con otras personas y ampliar la banda. Mi escuela siempre fue relacionarme con otros en la música. De hecho, hay otros productores en el disco. ‘Febril pantalla’ la produjo Mariana Michi y ‘Carro azul’ Juan Belvis. Y Julián Rossini creó todos los arreglos para la canción que canta Sofía Viola. Es un disco muy rico en miradas y oídos”. En el disco, conviven canciones acústicas, folklóricas, eléctricas y electrónicas, todas facetas que se encuentran en los diferentes proyectos del patagónico.


Canciones de Mariana Michi

Además del concierto de Shaman Herrera, en la misma noche se presentará la cantante, compositora y productora Mariana Michi, quien acaba de publicar el disco Nunca da igual (2023), un trabajo notable en colaboración con Ezequiel Kronenberg (guitarra y el bajo) y Nicolas Btesh (piano). Además, Michi recorrerá canciones de sus dos discos solistas -Cayó el Valiente (2018) e Hijo de campeones (2021)-, en compañía de su banda actual: Martu Fontana en batería, Tomi Brugues en guitarra eléctrica, Rodrigo Monte en bajo y Baltazar Oliver en sintetizadores.