Lo que no te conté (Casagrande, 2023), de Julieta Tonello, es una novela íntima que recorre la vida de la protagonista a través de sus emociones, la relación con un padre todopoderoso, una madre suicida, sus amores y una ciudad signada por las violencias. Se invita al lector a leer esta novela como “se leen las cartas ajenas. Pero, ¿qué es una carta? Acaso un encuentro postergado, la realidad de un mundo paralelo, el mensaje cifrado de los que se buscan. Acaso una botella al mar, una posibilidad”.

Tonello es rosarina del sur, su novela se ubica en esa geografía. La narrativa desliza una infancia tal vez feliz, deja sentir la violencia que acucia a la ciudad y arrasa un tejido social que se va desnudando a través de la lectura. También la protagonista se desnuda, es una mujer que le escribe en primera persona a un hombre que de a poco se va dibujando. Narra sus dolores, sus silencios familiares, sus secretos íntimos, su cercanía con la muerte, su madre suicida, su miedo a morir, los fantasmas de sus amores.

Zona sur es enorme, pero los escenarios que dan lugar a la narración son fácilmente reconocibles para quienes habitan la ciudad. La autora comenta a Rosario/12 que ese es su barrio, el lugar con el que se siente identificada y por este motivo es importante que la trama ocurra allí. Plasmar la realidad del barrio es una búsqueda que ha sido recibida gratamente por los vecinos y vecinas, hubo gente que se acercó al lugar a buscar el nombre de la plaza, si la calesita es la más vieja de Rosario. "Ahora estoy experimentando y sigo escribiendo sobre el barrio. Una se siente más segura como autora, no sé si escribiría sobre La Florida, no lo sé, no la conozco, no me convoca”, señala.

Escrita con “un registro cercano a la oralidad” la escritora expresa que “no tiene una forma acartonada”. “La historia de amor fue como una primera estrategia, después me enganché y empezó a tomar protagonismo, mi idea inicial era escribir sobre el intento de suicidio de esta mamá pero pensé que tenía que tener una subtrama, porque es un tema muy denso. Y una historia de amor va aliviando un poco y voy aflojando, intercalando. Busqué que cada capítulo tuviera una dualidad, la primera cita con este hombre y la primera vez que la familia cenaba junta después del intento..., eso lo tiene cada capítulo”.

Uno de los puntos más urgentes de la novela es la relación de esta mujer con su madre suicida; Tonello logra narrar de una manera fresca y ágil sin entrar en dramatismos, victimizaciones ni golpes bajos el intento de suicidio de la madre de la protagonista. Se desliza por la vida de la narradora con fluidez, salta de situaciones felices, de momentos de humor, a otras pesadas, fuertes y complejas, logrando un relato sólido que atrae a lectores y lectoras desde la empatía.

Tonello ha recibido mails agradeciendo que toque este tema, que lo visibilice, y en varios casos, ha recibido escritos de personas que narran sus propias vidas en respuesta a esta trama que promete mover las historias propias.

En el segundo capítulo, unas pocas líneas señalan el momento de incertidumbre, de dolor: “A contramano, eso es, iba mamá. Se erguía en la cama, el camisón con el logo del sanatorio en el espacio del corazón, y le preguntaba a papá qué era lo que había fallado, por qué las pastillas no la habían dormido para siempre”.

Tonello aclara que escribir esta novela fue muy intenso, de forma personal, esta novela le sirvió a su familia para poder hablar de muchos temas que no se había podido tocar, y eso también se vio replicado en otras personas, “en algún momento se me presentó como objetivo hablar del tema, que está muy desatendido, que no se habla, que es una cuestión de salud mental, que es un tabú, no tiene contención no hay prevención y las personas que me cuentan situaciones con amistades o familia. Que se empiece a hablar, porque lo que no se nombra no existe, ya que se pueda verbalizar es un paso, después hablemos de todo lo otro. Hay mucha necesidad de la gente, a veces uno habla de un tema personal y tal vez generó morbo, pero no era el morbo, traté de que no lo tuviera, lo evité. Con temas tan sensibles uno no sabe. Mi deseo esperanzador, optimista, es que se empiecen a hablar más estos temas, que se le empiece a dar más importancia en salud mental, para las personas afectadas y familiares, porque para ellos también es muy traumático y a veces no sabe cómo seguir, cómo tratar a la persona. Tener alguien que te acompañe y que te apoye es muy importante”.

El hecho de escribir en primera persona y que la narradora tenga el mismo nombre que la escritora rápidamente lleva a la pregunta sobre lo autobiográfico. Tonello dice que no quiere ser encasillada en ese género, que eso le resta al texto: “Cuando leo una novela lo que me importa es que esté bien construida, bien narrada, que los personajes sean consistentes, es algo de experimentar con el lenguaje, la literatura es un ámbito de exploración y experimentación divino, como un Frankenstein donde uno mete sus miedos, sus deseos, las cosas que querés que te pasen, las que nunca te pasaron, las que no querés que te pasen, no hace a la novela, no sirve encasillar. Lo interesante que uno puede hacer como autora es tomar esa materia prima que es la vida y con eso hacer algo distinto, tomándose todas las libertades que quieras”.

 

Tonello es periodista y escritora. Publicó poemas en revistas y en Código Urbano. También escribió artículos críticos en los libros Setecientosmonos, Antología en el 2012, Antología de Nueva Poesía Rosarina en el 2013. Integró el comité organizador del festival de literatura policial La Chicago Argentina en Rosario durante el 2014, y fue expositora en la muestra Retratos literarios, Museo y Archivo Municipal de Casilda, 2019. 

Trabaja en la soledad de las mañanas. Es madre de gemelos, necesita buscar un espacio/tiempo para poder escribir, idealmente dos horas diarias o bien lo que se pueda antes de que el día comience. Ya no escribe poesía y tiene dos novelas más en un cajón que esperan ver la luz y, tal vez, publicarlas. Con otra en proceso, siente que la novela corta la contiene como escritora.