El consumo de carne vacuna ascendió hasta los 57,9 kilos anuales. El dato representa un aumento del 6,8 por ciento entre enero y agosto frente al mismo período de 2016, cuando se registraron los menores niveles en cinco años. En la comparación con los registros de igual período de 2015, la ingesta promedio reportada por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados se encuentra 3,2 por ciento por debajo. El nivel más bajo de consumo de carne se observó en 2011, con unos 55,2 kilogramos por habitante por año. La suba de precios en esos alimentos, la eliminación de los controles estatales y la caída en el poder adquisitivo son los principales factores a la hora de explicar el magro desempeño sectorial.