Mauricio Macri volvió a compartir ayer una reunión con un grupo de gobernadores peronistas. El encuentro tuvo como justificativo la firma de un “compromiso social” para luchar contra las adicciones impulsado por la Sedronar. Fue el reencuentro del Presidente luego de que algunos mandatarios del PJ voltearan la implementación de la Boleta Unica Electrónica en el Senado. Del acto en la quinta de Olivos participaron María Eugenia Vidal (Buenos Aires) y los opositores Miguel Lifschitz (Santa Fe), Omar Gutiérrez (Neuquén), Sergio Casas (La Rioja), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Mario Das Neves (Chubut) y Domingo Peppo (Chaco). En el oficialismo lo mostraron como un gesto de distensión luego de las duras críticas que lanzaron la semana pasada desde el jefe de Gabinete, Marcos Peña, hacia abajo.
A diferencia de otras oportunidades en las que el nexo con los gobernadores es el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, esta vez la presentación con los mandatarios provinciales corrió por cuenta del ministerio de Desarrollo Social, que comanda Carolina Stanley. La funcionaria, acompañada por el titular de la secretaría de lucha contra las drogas Roberto Moro, armó el programa que fue presentado a título fundacional como “el primer plan federal a largo plazo destinado a reducir el consumo de drogas”. “En otras oportunidades se aplicaron políticas pero se fracasó por no tener estadísticas claras. Queremos realmente trabajar desde el Sedronar con todos los argentinos que quieran ayudar”, dijo Macri en un breve discurso.
La atención, sin embargo, estuvo depositada en las tensiones que quedaron entre el Ejecutivo Nacional y los mandatarios peronistas. De hecho, la mayoría de los gobernadores del PJ no suscribió al compromiso y ayer estuvieron presentes en gran medida los más cercanos al oficialismo. En la reunión con Macri se evitó abordar los temas más sensibles como la reforma de la ley de impuesto a las Ganancias, que afecta las arcas provinciales así como la imagen de los políticos que se opongan a bajar la carga tributaria para los trabajadores.
Este tema sigue negociándose en manos de Frigerio, que mantiene la relación “institucional” con los caciques peronistas. Ayer mismo el ministro del Interior mantuvo un diálogo telefónico por la aprobación del Presupuesto con el pampeano Carlos Verna, uno de los máximos opositores a la reforma electoral. Verna fue uno de los más duros junto con la santacruceña, Alicia Kirchner, la catamarqueña Lucía Corpacci y el tucumano Juan Manzur. En una posición intermedia habían quedado otros mandatarios como Peppo (Chaco), Bordet (Entre Ríos) o Casas (San Juan), que ayer sí fueron de la partida.