Desde Santa Fe.

Miguel Lifschitz desbarató las operaciones mediáticas contra su ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro. "Yo le doy mi absoluto respaldo", dijo al ratificarlo en su puesto. El lunes y el martes, el vocero de esa decisión había sido el ministro de Gobierno, Pablo Farías, quien expresó que la confianza política del gobernador en su colega de gabinete es "absoluta". Ayer, tras un acto oficial, Lifschitz fue categórico: "No tenemos previsto ningún cambio, de ninguna manera".

La causa del ruido es la detención de 54 policías en diez días, entre ellos el ex jefe de la fuerza en la provincia, Rafael Grau. Ayer, Pullaro dijo: "Nunca pensé en renunciar, el gobernador me ratifica en el cargo". Y atribuyó los rumores sobre su situación en el gabinete a "sectores de la Policía molestos con la conducción" del Ministerio de Seguridad, aunque no los identificó.

Lifschitz coincidió con su ministro que ante los casos de "corrupción", la decisión del gobierno es "ir hasta el hueso, hasta el final". "Aquí no se cubre a nadie", había dicho Pullaro. "Asumo y comparto absolutamente el concepto", planteó el gobernador. "Las dificultades que puede ocasionar la acción de la justicia en diferentes causas habrá que superarlas", pero "es positivo" que avancen los juicios porque "muchos de esos casos fueron denuncias de funcionarios del Ministerio de Seguridad".

Las investigaciones judiciales contribuyen a "sanear una institución que ha sido muchas veces sospechada, que tiene más de 23.000 efectivos", pero la mayoría "desempeña su tarea cotidiana con mucho compromiso, esfuerzo, ética y respeto a los valores de la carrera policial que han elegido". Es cierto que "también tiene funcionarios de distintas jerarquías que incurren en distintos tipo de delitos", pero "eso no es privativo sólo de la Policía, ocurre en otros ámbitos del Estado y de la Justicia". "Lo importante es que se puedan llevar adelante estas causas lo más rápido posible, delimitar las responsabilidades y que se castigue a los culpables", precisó.

 

"Aquí no se cubre a nadie", dijo Pullaro. "Comparto absolutamente el concepto", agregó Lifschitz.

 

Una colega asoció la detención de Grau con la de Hugo Tognoli, los dos ex jefes de Policías presos, el primero y el último del ex gobernador Antonio Bonfatti. "¿Qué pasa?", le preguntó. "Lo que ocurre -respondió Lifschitz‑ es que hay una decisión del gobierno de profundizar estas causas y una acción de la Justicia que antes no existía. Hoy tenemos un nuevo sistema penal en Santa Fe que ha promovido el gobierno y que tiene una cantidad de fiscales especializados en corrupción policial y violencia institucional que avanzan con las causas. Eso no ocurría antes. Cuando uno mira el resto del país, ocurren cosas muy parecidas. Evidentemente, hay que hacer un esfuerzo para profesionalizar la fuerza, en esa tarea estamos empeñados y contamos con el acompañamiento y la decisión de la mayoría de los jefes policiales".

‑- ¿Se va a llegar hasta el hueso (como dijo Pullaro)? -le preguntó otro periodista.

-‑ Sí --respondió Lifschitz. "Más allá de la información" que el gobierno pueda aportar a los procesos judiciales, "lo importante" es que jueces y fiscales "resuelvan las causas rápidamente porque eso también va a permitir" delimitar las "responsabilidades" de los involucrados. "Esto ayuda a que podamos tener una mejor policía".

-‑ El ministro Farías le pidió cautela a los fiscales y muchos lo tomaron como una presión a la Justicia.

-‑ No, de ninguna manera. Fue una expresión muy prudente del ministro. Lo que plantea es la necesidad de avanzar con las causas de una manera tal que no afecte el correcto funcionamiento de la institución policial --aclaró.

‑ ¿Habrá cambios en Seguridad o en la plana mayor de la policía?

‑ No tenemos previstos cambios, de ninguna manera. Ni en el equipo de Seguridad que dirige Pullaro y a quien le doy un absoluto respaldo, ni en la cúpula policial (al mando del comisario José Luis Amaya).