Una pareja fue detenida por orden del juez Daniel Rafecas por su posible vinculación con el envío del paquete-bomba que estalló al ser recibido por una empleada en la empresa Indra, la encargada de hacer el escrutinio provisorio de las PASO, cuando faltaban 72 horas para las elecciones. Mariano Fresco y Verónica Altamirano, ambos de 30 años, están bajo sospecha de haber tenido relación con la entrega de la encomienda a una mensajería que la llevó a las oficinas de la compañía. Serán indagados hoy, y se les imputa el delito de castiga con penas de 3 a 15 años de prisión al que cause una explosión y genere peligro de muerte para algúna persona. Los detenidos no habrían estado vinculados con el armado del artefacto, pero al parecer pudieron haber tenido conocimiento de qué se trataba lo que estaban enviando. 

La pareja fue detenida en Claypole (Almirante Brown) y en la vivienda que comparten, que fue allanada, fueron secuestrados nueve teléfonos celulares, tarjetas SIM varias y una CPU. El juez Rafecas había descartado la participación “dolosa” del hombre que llevó el paquete a la ex sede de Indra (en Santa Fe y Paraná), Teófilo Soto Guerra, de nacionalidad peruana. Soto Guerra había ido a buscar la encomienda a la sede del hotel Garay, en avenida Garay 867, Constitución. Un tal Mariano le dio el paquete y le pagó la mensajería. Al declarar como testigo pudo hacer un identikit. El mensaje de whatsapp por medio del cual se había contratado la mensajería lo enviaba alguien que se había identificado como Gustavo, que decía ser sordomudo, y que decía que le dejaría el envío a un colaborador suyo, el tal Mariano. 

El celular desde el cual escribía el supuesto Gustavo tenía llamados de personas sin vínculos entre sí pero que tenían en común a Mariano Fresco, dato al que se llegó por el análisis de las redes sociales. La misma tarjeta SIM que se utilizó en esa ocasión había sido usada por Analía Altamirano. En el allanamiento se levantaron rastros y huellas dactilares también. Los imputados serán indagados hoy y la primera impresión de los investigadores es que no tienen relación directa con el armado del explosivo que estalló en manos de una recepcionista y le causó heridas, así como a otros dos empleados.  Lo  que no está claro todavía es si fue un atentado dirigido a la empresa Indra o a una persona en particular, y eso es lo que se está analizando.