Hace ya nueve años lucho contra la Hepatitis C. Realicé dos tratamientos que al fin negativizaron por apenas seis meses esta peste secreta originada y descubierta paralelamente al HIV. Ahora estoy en el tercer tratamiento y durante mucho tiempo recibí ayuda de una sacerdotisa (Ialorixá) bahiana Mariniiña Hija de Hosanha. ¿Qué significa este nombre? Hosanha es una de las deidades más poderosas dentro del Candomblé, al extremo que sin ella no sería posible realizar ningún ceremonial. Sólo después de consultada Hosanha, el ritual puede comenzar. Hosanha es la dueña de todas las plantas, flores y frutos. Es conmovedor verla cuando a veces se presenta como una especie de ráfaga esmeralda seguida de luces, especialmente cuando has fumado invocándola con su “ponto” (mantra) un buen porro. Gracias a Madre Marniiña aprendí a convivir con este drama que además de dejarte con muy poca pila se caracteriza sobre todo por el enorme cansancio que puedo a veces vencer gracias a sus consejos. Es primordial, además de no beber nada de alcohol, tampoco ingerir café tostado (sólo grano verde). Porque según ella todo lo que ha sido parte del fuego para el hígado es una terrible amenaza. 

Desde entonces para desayunar uso hojas de té verde que son muy energizantes y por la tarde, saquitos de té rojo. Sin nada de azúcar, otra tremenda pesadilla para el hígado enfermo. Ahora ya casi está de moda la Estevia, rocío de miel que proviene de la yerbabuena y es perfecta para endulzar, además de resistente al fuego. Tampoco puedo fritar nada y por suerte me hago mis propias delicias siempre al vapor. Verduras con milanesa de calabaza, arveja, espinaca. Un Herbario Ancestral muy eficaz que consulto permanentemente me sugirió hace tiempo que utilizara amargón, que es una mezcla de diente de león con otras hierbas y se pueden comprar en cualquier dietética. Esto actúa como un eficaz detergente para el estómago que ya no soporta ingerir catorce pastillas diarias además de otras paralelas a males como el hipotiroidismo que se dispara a causa de las propias drogas. En el segundo mes vienen las escoriaciones de la piel y el escozor insoportable. Usando crema de avena o aceite de coco, santo remedio.

Harvoni con Ledpasivir y Sofosbuvir con ribavirina articulada es el tercer y (siento que) definitivo tratamiento. Excesivamente costoso, puedo realizarlo gracias a Argentores y su Obra Social que tan eficazmente conduce Ana María Pauloni. Atrás quedaron los primeros años que debía ir dos veces a las seis de la mañana para que me inyecten en el Hospital de Clínicas. Ahora programo las visitas por la tarde en Accord Caballito y mi hepatóloga actual, la doctora Florencia Antinucci, me trata con una ternura y eficacia que para mí son un oasis al fin merecido después de tanta lucha. 

Cuando estuve en México conocí a un venerado chamán de Tepoztlán (que durante años curara a nuestra venerada Chavela Vargas), El Granicero, llamado así porque de niño un rayo le cayó encima dejándolo con sus poderes que hasta hoy, con casi noventa años, sigue recibiéndonos, como un santo, ya que la consulta sólo vale cinco dólares. No quiere cobrar más: “así puede venir todo el mundo y ándele”. El me hizo descubrir, a través de los huevos explotados dentro de una copa, después de frotarlos sobre todo mi hígado, la posibilidad de curarme definitivamente y por supuesto antes de irme me sugirió usara jugo de aloe de vera y Moringa de la que me traje tres frascos para un año. 

Las plantas, en sí mismas, traen la cura para todos los males. Aunque el cultivo de algunas, como la marihuana, panacea comprobada para esclerosis, depresiones y tantas otras enfermedades aún siga prohibido en nuestro país. 

Todo el herbario posible y sus yuyos, las marcas famosas de mega laboratorios los utilizan sintetizándolas sin jamás mencionar su silvestre origen, porque así, el lucrativo gran negocio internacional se les vendría abajo. Ellos catalogan con nombres científicos el poder que la naturaleza desde siempre nos ofrece. Son capaces de introducir virus para hacerte su cliente a veces desesperado, sin saber que usando los yuyos de Pachamama y Hosanha siempre estaremos a salvo.

Benditas sean junto al caldero de barro mágico.