Temperley: Ayala; Zárate, Aguirre, Riveros, Escobar; Villasanti, De Ciancio, Di Lorenzo; Figueroa, Sánchez Sotelo, Ozuna. DT: Gustavo Alvarez.

Central: Rodríguez; Ferrari, Leguizamón, Martínez, Parot; Colman, Romero, Gil, Carrizo; Zampedri, Ruben. DT: Paolo Montero.

Arbitro: Diego Abal.

Hora: 21.05.

TV: Fox Sports Premium.

Cancha: Temperley.

 

Paolo Montero, más que nadie, sabe dónde están las deudas de su Central, del equipo que dirige. En lo poco que jugó en el semestre, el Canaya mostró un apego por cuidar la pelota, no desesperarse y fomentar las sociedades. Pero le falta mucho rodaje para lograrlo, por ese motivo está lejos de los objetivos. Ante San Lorenzo, en el último partido, estuvo más lejos que nunca. Esta noche, ante Temperley, tiene una buena oportunidad para amalgamar los conceptos. Colman reemplazará al lesionado Camacho, que permanecerá un mes y medio fuera de las canchas.  Martínez se mantiene en el fondo. El rival llega con dos derrotas y cinco goles en contra.

Ante San Lorenzo, en el Gigante de Arroyito quedó a las claras cuál es el punto más flaco de Central. Teo Gutiérrez en la etapa reciente y Cervi y Lo Celso más atrás en el tiempo le habían dado conducción al Canaya. Le habían impreso desnivel y cambio de ritmo al equipo. Jugadores con nivel de crack que rompían el molde del partido. La zona de creación es para este plantel, que no tiene el verticalismo de Coudet, su punto débil. Montero tiene ahora un equipo más compacto, más aguerrido, con buen material individual, con jugadores inteligentes, pero que por el momento no desentonan y ni quiebran la monotonía de un partido.

Por esa razón al Canaya le costó convertirle a Colón en un partido que mereció ganar. Es decir, tuvo la pelota, pero careció de profundidad. Con Riestra no hubo equivalencias, pero tuvo dificultades para anotar. Contra el Ciclón descendió un par de escalones, porque no solo no profundizó, sino que no generó. Ni siquiera pese a haber tenido un jugador de más durante todo un tiempo. Gil es el cerebro, pero Carrizo y Camacho son los ejecutores, los principales responsables de asociarse con los delanteros Ruben y Zampedri. Pero pese a sus condiciones, los volantes externos vienen fallando. En los entrenamientos venía todo bien para repetir el once, hasta la lesión de Camacho, que sufrió un esguince de rodilla y tobillo, con distensión ligamentaria y estará seis semanas sin jugar. Será la única modificación. Tobio ‑según dichos del entrenador‑ ya está en condiciones de debutar luego de 20 días de entrenamientos, pero el uruguayo seguirá utilizando a Martínez, figura por el momento, en la zaga central.

Para que el sistema canaya funcione es necesario que crezca Carrizo, que fue clave en algunos partidos del semestre pasado. El ex volante de Boca aporta el cambio de ritmo, el salto de líneas que precisa el equipo. En conferencia de prensa, Pachi admitió que no está en su mejor nivel y que debe mejorar. Colman, a diferencia de Camacho, es más cerebral y menos vertical. Pero con su buena y precisa pegada puede asistir mejor a Ruben, visiblemente incómodo en los primeros tres partidos. Con un tanque como Zampedri, Marco tiene que correrse unos metros del área grande para recibir con más facilidad.

Carrizo, además de su autocrítica, sabe entender el momento del equipo. "Está a la vista que no tenemos la generación de tiempo atrás. Queremos cambiar porque tenemos jugadores para ser protagonistas. Podemos dar mucho más", leyó el mediocampista. El local perdió por la mínima con River en el debut y se comió un 1‑4 en Avellaneda ante Racing en la segunda fecha.