Andrés Kreiner se especializa en el desarrollo de tecnología de aceleradores para aplicaciones médicas. “Una de esas aplicaciones es la terapia por captura neutrónica en boro. Es una metodología que apunta a alguna clase de tumores que no son abordables por las técnicas convencionales. Hasta ahora la aplicación de radiación para combatir el cáncer tiene que ver con tumores bien delimitados, donde hay una masa tumoral rodeada de tejido sano. Hay tumores que no son así, donde hay células cancerosas dispersas en tejido normal. Entonces esa metodología no sirve porque no hay a donde apuntar. Hace tiempo surgió la idea de incorporar una droga que porta un capturador neutrónico como es el boro 10. Después hay que irradiar con neutrones. Las fuentes de neutrones son los reactores, pero no es posible instalar un reactor nuclear en un hospital. La alternativa pasa por los aceleradores. Con determinadas reacciones nucleares que se inducen con un haz de partículas aceleradas sobre algunos blancos uno puede producir un flujo de neutrones, pero para tener los flujos de neutrones adecuados hacen falta haces acelerados de gran intensidad. Tenemos un prototipo desarrollado y estamos construyendo un laboratorio de desarrollo de aceleradores que va a tener la capacidad de albergar una máquina definitiva”, aseguró Kreiner. Pese a los avances logrados, este año tuvieron que pelear para no sufrir recortes. “Fuimos uno de los proyectos a los que le redujeron el presupuesto a cero, pero después se decidió que se honrasen los compromisos ya asumidos y hemos podido seguir trabajando. Esperamos seguir haciéndolo porque sino se frustraría un esfuerzo grande, tanto humano como económico”, concluyó.