“Apaguensé, las nuevas luces del viejo varieté. No volverán, ni Fidel Pintos ni La Negra Bozán…”, cantaba María Elena Walsh y sin saberlo, me daba la pista para descubrir a Sofía Bozán, inventora del Tango Cachada en la revista porteña de los inicios donde aggiornaba de manera eficaz y delirante las letras de tangos clásicos, que muchos años después vi en Elba Berón quien, por ejemplo, al cantar “Balada para un Loco”, arremetía: “Las callecitas de Buenos Aires… ¿qué carajo tienen estas callecitas?”. Así nacieron mis versiones libérrimas de algunos clásicos del dos por cuatro que estrené en el Teatro Parakultural como “Punkito Bien” (“Niño Bien”) o “Los amores con el Sida” (“Los amores con la crisis”) con acompañamiento del grupo Tetra Brick de Jorge Cristodulakis, en vivo. Posteriormente en el anti-show estrenado en la disco Bajo Tierra de Palladium, “Acuario Aldao”, encuentro en escena con el pianista y poeta Fernando Aldao, al que siempre agradeceré me ofreciera las pistas grabadas que posteriormente pude usar en tantos espacios imposibles de enumerar, fiestas del suple Soy en Casa Brandon, incluidas. Casita Brandon, como la llama mi ahijado Cristian Tricado, mi DJ preferida. Allí donde Susy Shock surgiera con esa fuerza incomparable y con su cabaret transpirado que paseó por todo el país.

“Cabaré” en francés significa “taberna”. Idioma de Simone de Beauvoir pontificando: “No se nace mujer, se llega a serlo”, y de otra gran escritora, Colette, que protagonizaba en sus inicios el unipersonal “Pantomimas Lésbicas” por los piringundines trasnochados del placer prohibido. Casi un siglo después, ya en Buenos Aires, dentro de un teatro que se venía abajo, Sandra y Celeste cantaban “Soy lo que Soy” con sus increíbles anfitrionas semidesnudas: Batato, Urdapilleta y Tortonesse oficiando de maestras, sin otro puntero que el más salvaje desparpajo, escandalizando a los críticos pero siempre seguras de que al fin, alguien tenía que hacerlo. Desde una época a otra, hasta la fecha, mucho champán ha corrido debajo del puente que nos une en los más recónditos espacios del tiempo y el planeta. Un mundo fantástico, donde aplaudir también te hace sentir parte de la escena.

Amando a Amanda 

Yo había también mamado mucho con los oídos desde la más tierna infancia al escuchar vinilos de Pedrito Rico o Rosamel Araya con quien cantamos a dúo en El Dorado del cual Sergio De Loof era el magnífico creador y adorable anfitrión. Otra gran artista trans pionera del cabaret es Amanda Lear. La conocí cuando Paquito Jamandreu me invitara a su gira en Chile y quise verla actuando en la Quinta Vergara de Viña del Mar con su ahijado Miguel Bosé. Paquito me pasó el dato: Lear había debutado como Peki D’ Oslo, el primer nombre artístico del suyo original en los documentos, Alan Tapp, quien posteriormente fuera la genial, fabulosa, fascinante Amanda Lear. Ya con este icónico nombre, cuando la viera actuar en su mitológico cabaret, la propia Madame Arthur comentó: “Es una gran artista y realmente guapa, pero también un maricón”. Todo es posible en la dimensión reconocida de la nuez de Adán: ronroneando maravillosamente con un vestido cortísimo ladeado, cubierto de inmensas lentejuelas rosas, rodeada por aquel quinteto de adonis muy Tom de Finlandia, íntegramente vestidos de cuero hasta la tanguita que al final podíamos ver pues Amanda, después de cada tema, los iba desnudando y en el gran final bailaba sostenida sobre ellos con sus culos al aire, arañándolos y guiñando un ojo en la Boite del Casino Hotel Viña del Mar. La Lear logró fascinar y ser amada por Dalí (Amandalí), después de que Salvador tuviera sus romances detectables, digamos, con Federico García Lorca y J. M. Basquiat, entre otros, Joe Dalessando incluido. 

Amanda y Dalí aparecían en diversos eventos siempre de la mano. Al extremo de finalmente Lear recibir la cuentiosa herencia del genial surrealista lo que hace de ella hoy una diva legendaria y poderosa residiendo en Suiza, que por suerte no tuvo el final terrible de su par Capucine, gran amiga de Audrey Hepburn, quien recibiera el triste llamado final antes de Capucine arrojarse al vacío. Capucine había cambiado de sexo con el mayor sigilo y actuó en sucesivas destacadas películas y cabarets de lujo hasta el Satiricón de Fellini. 

En esos tiempos, evidentemente aún era tabú el natural procedimiento. Sin embargo Amanda Lear nunca quiso hablar del tema porque al fin de cuentas quizás jamás lo hiciera, confirmando el arribo de la mujer fálica, esa especie de Mantis Religiosa que penetra al varón y de la que justamente Dalí hablara reiteradas veces en sus Memorias.

Cuando para mi columna mensual “Ego Trip” en El Planeta Urbano entrevisté a Lucía Bosé, la única condición impuesta por ella fue que no le preguntara nada sobre “El Torero”. Se refería, claro a su ex Dominguín, que había caído hechizado además de la incandescente Ava Gardner, en los brazos de Amanda Lear, en ese entonces, una pasión muy secreta. 

Lucía sólo se enteró muchos años después de haber bautizado a Miguel quien continuara a pesar de todo, siempre junto a su tan adorable Madrin@, compartiendo vida, giras y escenarios, haciendo rancho aparte del clan matriarcal.

Cocinelle estuvo en el Hotel Savoy de Buenos Aires (cerca de 1968). También usaba pistas cantando y bailando con su piel de nácar bajo las luces de la Boite en el subsuelo del hotel.

Era realmente una “mujaaar” alucinante como diría la Gran Markova. Usaba diversas estolas de piel blanca desperdigadas como osos polares en escena y al fin quedaba totalmente desnuda como mostrando su reciente operación que la había catapultado a la fama internacional.

La Show

Sin embargo, con la “técnica de pene embutido” que usaban las diosas Kabuquis una podría después de afeitar y depilar “la zonas pudendas”, levantar las gambas hasta el cielo de strass, al mejor estilo de las grandes vedettes, que nadie podría percibir nada, gracias al truco perfecto. 

Reencontré a Vanesa Show, en la casa de Gustavo Ros, el mayor diseñador y coleccionista de plumas, accesorios y todos los elementos imprescindibles para montar la Gran Diva. Gusti Ros, quien hace apenas unos días también se fuera de gira por el infinito, vistió a tantxs que casi siempre estaban allí probando vestuario. Era tan angelical que me prestaba esas boas y joyas atesoradas de las antiguas compañías revisteriles y otras recicladas por su ojo y manos expertas. Ya conocía a La Show desde los años 70 cuando, acompañando a la gran cantante Lois Blues después de sus actuaciones en el Bar Unión de San Telmo íbamos hacia un reducto cercano llamado Hidrógeno Cabaret a disfrutar los diversos shows que noche a noche al mejor estilo Magic Circus se sucedían vertiginosamente en pleno Proceso. Allí Vanessa Show apareció en “Las Vedettes son ellos” y después, sentada en sendos taburetes junto a otras cuatro divas travestis, conversando casi dos horas con el público: “Los travestis se confiesan”. Vanesa Show había sido antes de su transformación, bailarín favorito y asistente personal de Nélida Roca, la gran Venus de calle Corrientes hasta que ella misma se brotó de estrella. 

Cuando llegué a París descubrí en el Cabaret Le Carrousel a un grupo brasilero de travestis hippies con sus cuerpos desnudos sin corpiño ni depilaciones, cubriendo sus sexos bajo exiguos taparrabos, flores legítimas en el pelo, frenéticas, pioneras de la androginia total. Eran Las Dzi Croquettes, llegadas de Brasil, una creación del genial Lenny Dale que marcaban un antes y después en el género cabaretero. También arrasaba, en el Alcázar, otro Dúo de travas maravillosas “Des Etoiles”, originarias de Rio de Janeiro. Lujosas, geniales e irreverentes. Gaygleen que todo lo que les digo podrán disfrutarlo al toque de una tecla. 

Cemento armado

En la inauguración de Cemento (1985) un grupo que exhalaba swing, gracia y purpurinas por todas partes fueron Los Peinados Yoli que dirigido por Doris Night estaba compuesto además de ella por Divina Gloria, Tino Tinto, Batato Barea, Marito Filgueras, Ronny Arias y la simpatiquérrima China Pannullo, que pronto emigrara para España donde hoy ya es artista de culto con su Compañía Dani Pannullo Dance Theatro Co. girando por el mundo entero. También en Barcelona se hizo famosísimo Angel Pavlovsky devenido La Pavlosky, con un show unipersonal que presentó hace una década, también en Buenos Aires, colmando el Teatro Odeón. Un par de años después invitados, por Omar Chabán en Cemento debutamos con el grupo Giro Batol en una puesta llamada Androrock. Orquesta en vivo además de Batato Barea realizando tres divertidísimas apariciones en los cambios de vestuario. 

Divina Brasil 

En Brasil desde 1965 se presentaba en el Teatro de Galería Alaska-Copacabana un espectáculo finalmente pionero liderado por Rogeria, Eloína y otras deidades acosadas por un ballet de guapos bailarines: La Noche de Los Leopardos, donde además nos deleitaba con su voz alucinante Divina Valeria interpretando boleros y otros ritmos que la consagraron en París, Roma, Madrid, Montevideo y Buenos Aires, donde pronto ha de estar en escena. Una estrella absoluta con casi medio siglo de brillante trayectoria, cantando cada día mejor. Hace cinco años la primera actriz brasileña Leandra Leal vino con cámaras desde Río especialmente a filmarla cuando Divina Valeria se presentaba en el circuito gay de Buenos Aires con su candente versión de “Soy lo Prohibido” acompañada por el exquisito pianista Gerardo Spano Escena, que cierra el largometraje documental Divinas Divas, recién estrenado en ese país.

Allí están todas las figuras más trascendentales del Cabaret Trolar de Brasil y el mundo entero porque en este género, por suerte o milagro, las fronteras se diluyen. Ney Matogrosso, en los 70 debutó con “Secos y Molhados”, grupo que arrasó por todo Brasil y ya es histórico. Después Matogroso inició su carrera apoteótica como solista y finalmente se casó con el compositor maravilloso Cazuza, quien junto a Cassia Eller son dos cumbres de la diversidad en escena. Recuerdo a Ney exactamente en su show del Teatro Castro Alves, donde deslumbraba también semidesnuda, cubierta de joyas muy excéntricas, moviendo el bum bum hasta más no poder, dejando, no solamente al mundo Better, como nos definíamos los trolos de entonces, sino a todos los espectadores que colmaban aquel teatro, literalmente fascinados por el impactante grupo. 

Ney, que hace un año reverdeciera laureles argentinos en el Teatro Coliseo y con sus más de quince pero menos de cien años, la edad de las grandiosas divas, cantó y bailó sin cesar durante más de dos horas en un trance perfecto. También Divina Valeria como Rogeria fueron consideradas por TV Globo como las “bichas” rubia y morena de la Famila Tipo Brasilera, lo cual en esos años fueran parte de un mérito muy especial. 

Otra genia oriunda de Argentina, la deliciosa, encantadora Patricio Bisso, conducía en televisión una especie de Consultorio Sentimental con su personaje Olga del Volga, hasta hoy recordado por todos. Altísimo rating, íntimo de Rita Lee, a la que diseñaba discos o vestuario y posteriormente madrina de Virus con Federico Moura cantando sus ya clásicos maravillosos. Algunos con letra de Roberto Jacoby, como “Hotel Savoy”. 

Hace dos años en Córdoba, descubrí a Camila Sosa Villada que además de actriz es poeta, realmente fuera de serie. La Diosa Sosa Villada interpretaba a Frida Kahlo en Despierta Corazón dormido, una puesta con canciones y escenas tan excepcionales que ojalá alguna vez podamos disfrutar en Buenos Aires. Si viaja a México, van a adorarla. Andele Frida, ándele Camila.

Aquí, tampoco podríamos olvidar al pionero Teleny, primer Bar Gay Concert que abriera sus puertas en 1983 con Pedro, La Divina Bijou, La Gustavo Solá, Los Angeles de Teleny, Yolanda del Mar, entre otrxs. Eran tiempos de telegramas pasados por debajo de las mesas, antes de Google, que en este caso podríamos llamar Gaygle y para ello está. Geygleen y verán.

En la programación del Picadero anuncian a la increíble, radiante, incomparable Andrea Fiorino, con quien trabajé filmada en su espectáculo de Rosario sobre un collage con textos de Puig: Nadie hablará de nosotras cuando estemos muertas. Allí estaremos ya que aplaudir, aun será posible, en esta fabulosa dimensión del cabaret lgbt. Bienvenidxs de todo el mundo que para nosotrxs, repito, es eterna, hermosa e inmensamente el mismo. Con la bandera multicolor. Supremas, altivas y... siempre orgullosas. 


SELECCION NACIONAL

Calicchio.om.ar (made in Liniers)

Omar Calicchio se dedicó homenajear a Rita Pavone, a Rafaela Carrá, también fue una tanguera lesbiana de ficción llamada Armanda del Pinar. En Made in Liniers pone en escena al adolescente que fue: un joven fascinado por las luces de su Liniers natal.
Domingo 4 a las 20.

Me canto encima

Música, confesiones, desparpajo, baile, desencuentros, swing y humor. Me canto encima es la biografía musical de Florencia Peña.
Lunes 5 a las 21.

La Suplente

María Rosa Frega involucra al público en una revulsiva clase a cargo de Azucena Marchitte, una quijotesca profesora suplente de Literatura.
Martes 6 a las 20.

Babooshka

“Un show de canciones que ya a nadie se le ocurre hacer, destinadas al tacho, como sucede con ‘La gata bajo la lluvia’, de Gloria Trevi”, dice Carlos Casella de su propio espectáculo en el que le pone voz y cuerpo a canciones de mujeres que van desde la italiana Mina hasta Lía Crucet.
Miércoles 7 a las 20.30.

Melodía Perversa Kabaret

Retomando la línea trasgresora trazada en Canciones degeneradas, estrenada en 2002, con un elenco que repite algunos de aquellos nombres (Perlusky, Bros, Lenoir, Kaspar), bajo la dirección de Fabián Luca, Melodía Perversa Kabaret es un homenaje irrespetuoso a la loca loca vorágine de entreguerras.
Jueves 8 a las 20.30.

Arrabalera, mujeres que trabajan

Desempleadas, veteranas, entendidas, paranoicas, maestras ciruelas. Todas verborrágicas. Las criaturas de Mónica Cabrera se suceden, aceleradas, en una obra de alto voltaje cómico y político.
Viernes 9 a las 20.30.

Talleres Drag

El artista drag neuquino Titi Ricciuto (Oxiura Mallman) dará dos talleres. Uno de Estética Drag Queen (jueves 8 a las 15), donde mostrará paso a paso técnicas como tapado de cejas y barba, iluminación y caracterización de personaje. Y explicará los secretos para lo que, según Ricciuto, es el desafío principal del maquillaje drag: la resistencia a las peores condiciones (humo, calor, incluso lluvia). En el taller de confección de pestañas de fantasía (lunes 5 a las 14) el criterio también será el de lograr piezas de larga duración, en tres variedades: pelo, plumas y acetato. 
Inscripción: [email protected]


Cabaret internacional

Cuando empezó su carrera en el bar Cristal, de Ciudad de México, Astrid Hadad se subía a la barra, les revoleaba zapatos por la cabeza a los señores del público, después los tiraba al suelo y les bailaba encima. Así creó un subgénero apodado Heavy Nopal. Astrid es una lady gaga chicana, armada hasta los dientes. Sin duda, muy cargada: no necesita escenografía porque la tiene encima. Sus vestuarios son un montaje que en general la dobla en altura con sillas adosadas, ángeles, ruedas, piezas fálicas no identificadas, serpientes, cuadros famosos. Sus espectáculos se ven como si Peaches y Almódovar decidieran filmar un videoclip de rancheras. En el FICA se la podrá ver presentando un compilado de sus obras más conocidas que se llama El Cabaret Extremo de Astrid Hadad (sábado 3 a las 22.30). También, desde México nos visitan Las Reinas Chulas, dignas sucesoras de la Revolución Mexicana, que usaba el teatro popular para iniciar a los espectadores en todo tipo de transgresiones políticas. Las Reinas Chulas son herederas además de Liliana Felipe y Jesusa Rodríguez, literalmente, ya que tomaron la posta de su teatro El Hábito y lo rebautizaron como El Vicio. Los días de Las Reinas Chulas hoy transcurren entre El Vicio, la calle, las comunidades indígenas, las escuelas. En todos esos lugares aprovechan la sátira feminista para bromear muy en serio sobre derechos sexuales y la diversidad. Vienen a presentar tres de sus obras más conocidas: La Banda de las Recodas (domingo 4 a las 22), Las Miserables (jueves 8 a las 23) y 12 dioses en pugna (sábado 10 a las 20.30). Otro compatriota de Las Reinas Chulas es Fernando Rivera Calderón, último sobreviviente y sobre-bebiente de un pueblo extinto: los mexicanos. Rivera Calderón viene a Buenos Aires a cantar cómo se extinguieron en El Último Mariachi (miércoles 7 a las 23). También estará Pía Tedesco, argentina madrileñizada y uno de los nombres más célebres del cabaret europeo. Presentará Pía Tedesco: Brecht + Weill + Swing, un recorrido por las creaciones de Bertolt Brecht y el compositor Kurt Weill desde el período de Berlín hasta la etapa de exilio en Hollywood (Viernes 9 a las 23).