En julio pasado, Tiga tenía ganas de armar quilombo en Twitter y no se le ocurrió mejor idea que afirmar que el mejor track de techno de los últimos 15 años era Mouth to Mouth, de Audion. Las respuestas no se hicieron esperar. Y muchas coincidieron en que Marionette, de Mathew Jonson, era el campeón. Su autor responde: “Es gracioso, pero durante un tiempo tuve a Mouth to Mouth como alarma del teléfono. Pese a que me alegra la consideración que tiene el público con Marionette, a mí Freedom Engine o Typerope me parecen más atemporales. Aunque no soy yo el que elige cuál es el mejor”.

A casi una década de su última visita a Buenos Aires, el icónico músico y productor canadiense regresará en Mutek para ofrecer una entrevista abierta el viernes 22/9 a las 19 en el CCK, como parte del módulo Digi_Lab1. Y el sábado 23/9 a partir de las 22, en el capítulo Nocturne, dará en Crobar uno de los mejores live sets que existe en la música electrónica actual. “Mi set en vivo es bastante improvisado. Me gusta usar máquinas de ritmos, sintetizadores y muchos efectos.”

Si bien su último álbum, Her Blurry Pictures, data de 2013, Jonson no deja de hacer música. Y de la buena. Al punto de que su reencuentro con la capital porteña se consumará pocos días después del lanzamiento del EP Visionquest, confeccionado junto a su colega estadounidense Ryan Crosson. “Somos amigos hace muchos años y lo respeto como productor. Aunque nos tomó más de ocho años que esto suceda”, explica el artista que fijó residencia en Berlín. “Siempre compongo música nueva pero soy mucho más lento que antes, a causa de tanto viaje. Acabo de hacer un remix para el nuevo álbum de Goldie y tengo un proyecto con mi novio: Isis.”

La buena noticia es que el artífice de 39 años se encuentra preparando el próximo trabajo de Cobblestone Jazz, el trío de techno, siempre a un tris del jazz, que lo dio a conocer. “Repartimos nuestro tiempo entre los espectáculos y la producción en mi estudio. Así que estamos sentados en un buen pedazo de material que no sabemos aún en qué formato aparecerá.” Fue en Cobblestone Jazz donde el de Vancouver evidenció su interés por experimentar con la síntesis entre lo analógico y lo digital, lo que se tornó en sello de su obra. “Pese a que soy conocido por mi colección de equipos analógicos, valoro por igual el engranaje digital en mis producciones”, afirma este nigromante de la electrónica, quien dos años luego de su debut, en 2003, firmó con Luciano el himno Alpine Rocket, que fue un espaldarazo para su carrera.

“Entre mediados de los ‘90 y 2004, disfruté de los dj sets. Pero estuve estudiando y produciendo música desde 1986, así que sentí que era mejor centrarse en eso. Es en lo que soy bueno, porque mi talento como DJ no era tan especial”, argumenta. Sin embargo, Jonson es una de las figuras de la electrónica que mejor supo comprender las necesidades de la pista de baile, a partir de las leyes del techno y el house. “El drum and bass, el hip hop, el R&B, el jazz y la música clásica también fueron influyentes en lo que hago. Aunque mi mayor inspiración proviene de los libros y de los estímulos visuales del arte.”