El 28 de septiembre se va a alzar la voz para pedir por la legalización del aborto en todo el mundo con el hashtag #UnGritoGlobal y un tuitazo que impacte en las redes sociales. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Legal, Seguro y Gratuito impulsa esta acción para dar a conocer las vulneraciones del derecho a la salud y a la educación a las que se ven sometidas las mujeres; visibilizar la demanda política de reconocimiento a la soberanía sobre nuestros cuerpos y elevar las propuestas para la despenalización y legalización del derecho al aborto en Argentina y en los países de América Latina y el Caribe. El 29 de septiembre, a las 17 horas, se va a realizar una marcha federal de Plaza de Mayo al Congreso de la Nación, con el lema: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir” y con las consignas: #NiMuertasNiPresas, ¡vivas y libres nos queremos!; #AbortoLegal una deuda de la democracia.

“Una acción global por el aborto legal se enmarca dentro de la larga tradición feminista de las luchas internacionales. Se organiza a partir del impacto que las diferentes formas del avance de los modelos neoliberales liderados por nuevas derechas en contextos (casi todos) democráticos que están llevando a cabo en términos de retrocesos de derechos, limitaciones a políticas públicas y presupuestos así como impedimento de avances en términos de legislaciones. En el caso de América Latina y el Caribe esta lucha se instituye a través de la Campaña 28 de Septiembre que se crea en el Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe, en San Bernardo (Argentina) en 1991. Desde entonces distintos países y/o regiones han liderado la articulación de esta campaña en una demanda explicita para la región de despenalización/legalización del aborto. Este año la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito de Argentina se constituye como punto focal y articuladora de la campaña 28 de septiembre y de allí la convocatoria al grito global. Esta convocatoria tiene que ver con situaciones diferenciales respecto a la condición jurídica y de acceso en los diferentes países pero en una dificultad notoria de restricción del derecho a decidir de las mujeres y todas las personas con capacidad de gestar”, subraya María Alicia Gutiérrez, integrante de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.  

El 28 de septiembre es el día de lucha por la despenalización y legalización del derecho al aborto. En la Argentina, la iniciativa espera en el Congreso de la Nación. Pero nunca superó el dictamen de comisión (la última vez frenado por Patricia Bullrich cuando, antes de ser Ministra de Seguridad, estaba al frente de la comisión de derecho penal, a pesar que hace veinte años atrás presentó un proyecto propio de despenalización que ya no recuerda) ni fue debatido en la Cámara de Diputados/as, ni de Senadores/as. Sin embargo, la época marca vientos reacios para la ampliación de derechos. Frente a ese escenario, Marta Alanis, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir e integrante de la Campaña, impulsa que las mujeres no se dejen amedrentar ni permitan que se retroceda en sus conquistas. Ella resalta: “Los sectores conservadores, religiosos o no, reaccionan al ver a las mujeres en las calles reclamando sus derechos, reaccionan ante nuestra valentía. El lobby conservador en el Congreso es respetado por la clase política que escucha a otra cúpula de poder y no escucha a las mujeres. Son tiempos para tomar la calle, las plazas, los medios”. 

Laura Salomé Canteros es periodista feminista y activista de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Ella vive en El Salvador -el país con la mayor criminalización de las mujeres- y destaca: “Coexisten en América diferentes estatus legales en relación al reconocimiento o la negación del derecho al aborto. Desde la legalización hasta la despenalización por causales o la prohibición total. Y precisamente El Salvador es uno de los cinco países;  junto a Haití, Honduras, Nicaragua y República Dominicana, que penaliza el aborto de forma absoluta. Un territorio donde hay muertas y presas por abortar, donde cada cuatro horas una mujer es víctima de violación y la tercera causa de muerte materna es el suicidio. Por eso, ante tanta desigualdad en el acceso a derechos, se nos hace necesario caminar hermanadas, organizarse sin fronteras para multiplicar la fuerza de nuestras voces exigiendo nuestras libertades. Y denunciar a El Salvador como Estado femicida por negar el derecho al aborto, incluso cuando la vida de una mujer o niña está en peligro”. En El Salvador el cuerpo de la mujer está penado. Evelyn Beatriz Hernández Cruz tiene 19 años. Fue violada y tuvo miedo de denunciar. Su miedo con la justicia no era infundado. En abril del 2016 se desmayó en su casa y la llevaron a un hospital en Cojutepeque. Estaba embarazada y el personal del hospital la denunció. El 5 de julio del 2017 fue sentenciada a treinta años de prisión por homicidio agravado. “Este caso subraya la urgencia de cambiar la ley anti-aborto que viola los derechos humanos de las mujeres y las niñas salvadoreñas. La prohibición total del aborto no reduce el número de abortos, sino que incrementa el riesgo de que la mujer muera a causa de abortos ilegales e inseguros”, denuncia Amnistía Internacional. 

Las híper restricciones del derecho al aborto no son históricas sino consecuencias de dictaduras militares, traiciones de sectores de izquierda, presiones de sectores religiosos (católicos y evangélicos) y gobiernos neo liberales. En Chile, en 1989, el dictador Augusto Pinochet prohibió el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo por cualquier motivo antes de dejar el poder que había tomado por las armas. Recién ahora la Presidenta Michelle Bachelet logró que el Congreso apruebe la legalización del aborto por tres causales: riesgo de vida, violación e inviabilidad del embarazo (en un paradigma más restrictivo que el que avala el fallo F.A.L, de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en Argentina que también permite la causal salud tanto en su faceta física como emocional). Un año antes que Pinochet, en 1998, en El Salvador se penalizó el aborto en todas sus circunstancias. En octubre de 2016, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), presentó una propuesta para reformar el Código Penal con el fin de despenalizar el aborto en algunos casos, pero todavía no fue tratado.

Aborto ilegal lleva a femicidios 

En Nicaragua el sandinismo hundió su promesa de revolución rojinegra en una alianza con sectores conservadores que enterró una fosa para las mujeres. En el 2007, bajo el gobierno de Daniel Ortega, se impuso la restricción absoluta para el acceso al aborto. Ninguna mujer, aunque peligre su vida por un embarazo de alto riesgo o haya sido violada, puede recurrir a un centro público para acceder a un embarazo. No hay revolución si el cuerpo de las mujeres no importa. Cruz Selena Centeno Arbizú es una de las muchachas que pagó con su vida la fosa de los ideales. Ella tenía veinte años y acudió, con cinco meses de embarazo, al Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales Arguello, de León. El bebé estaba muerto y ella tenía fiebre y tos. No le hicieron un diagnóstico y se negaron a practicar un aborto aunque el embarazo era inviable y en los países con aborto por causales no hubiera existido obstáculo. La mandaron de vuelta a su casa en un sector rural de un país que intentó trepar por encima de la asfixia del poder y se burló de sus campesinas como forma de perpetuarse en el poder. Cruz falleció en septiembre del 2017. María Teresa Blandon, del movimiento feminista de Nicaragua, se suma a la campaña del 28 de septiembre y acentúa en la historia de Cruz el ejemplo que la clandestinidad del aborto es femicidio: “Era una muchacha joven que ya tenía tres hijos y provenía de una comunidad rural. Ella llegó al hospital y, a pesar que la doctora que la atendió reconoció que el bebé estaba muerto, se negó a realizarle una cirugía y ella falleció unos días después. Por eso, denunciamos al Estado de Nicaragua ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero el gobierno reitera su firme oposición a la despenalización del aborto. Esto se ha constituido en una moneda de cambio y una forma de negociación con los grupos más conservadores de la sociedad nicaragüense y en la jerarquía de la iglesia católica. Pero nosotras vamos a seguir con la lucha por el respeto a la salud de las mujeres”.

En República Dominicana, desde 1984 en el que se sancionó el Código Penal, el aborto ha estado criminalizado. Y el movimiento feminista exige la despenalización por causales: violación sexual, malformación incompatible con la vida y peligro de vida para la mujer. La abogada Zobeyda Cepeda es activista feminista y Oficial de Derechos de las Mujeres de Oxfam explica: “En junio las presiones del movimiento feminista impidieron que la cámara de diputados aprobara, después del senado, el Código Penal para que entrara en vigencia. Actualmente el Código Penal sigue en la Cámara de Diputados y hay dos propuestas que incluyen la despenalización por causales y otra de legisladores anti-derechos que propone la criminalización total. El movimiento feminista sigue en la lucha y el 28 de septiembre va a sumarse a una movida en redes en el marco de la campaña global por la despenalización del aborto”. 

Los derechos de las mujeres no tienen fronteras. Y el avance conservador solo se puede frenar con mayor unidad y coordinación. La activista de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, Celeste Mac Dougall refuerza: “El grito por el aborto legal es global porque estamos en un contexto de avance de la derecha en el mundo y en países como Italia, Suecia, Francia y Estados Unidos hay ataques contra la libre decisión de las mujeres sobre su cuerpo. Por eso, retomamos el camino del Paro Internacional de Mujeres, del último 8 de marzo, donde miles de mujeres de todo el mundo gritamos por nuestros derechos”. M

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