Martin Schulz, un ex librero que no terminó la secundaria y llegó hasta lo más alto de la política europea, promete ser la alternativa para los ciudadanos que se sienten olvidados por las élites y que podrían inclinarse por la ultraderecha populista. Schulz, de 61 años, sorprendió a propios y extraños cuando en marzo de este año obtuvo el liderazgo del Partido de la Socialdemocracia de Alemania (SPD) con el 100 por ciento de los votos, algo que ni su antecesor, Sigmar Gabriel, ni su rival en las elecciones y líder de la democracia cristiana (CDU), la canciller Angela Merkel, lograron con tanta contundencia. Así, el ex presidente del Parlamento Europeo (PE) comenzó este año una carrera vertiginosa que cree lo llevará a la Cancillería federal. La carrera política de Schulz comenzó en 1984 cuando fue elegido concejal del Ayuntamiento de Würselen, una localidad de 40 mil habitantes en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, por el SPD, el partido en el que militaba desde hacía diez años y de cuya mano llegó, tres años después, a la Alcaldía. Fue alcalde de Würselen hasta 1998, pero desde 1994 acumuló un segundo cargo, que marcaría el inicio de su carrera política regional: una banca en el Parlamento Europeo (PE). Durante diez años ocupó un escaño en el PE sin ostentar ningún puesto jerárquico hasta que en 2004 obtuvo el liderazgo del grupo socialdemócrata europeo y, una década después, en 2014, llegó a la Presidencia del Europarlamento.