El fútbol, ese espectáculo popular que debiera ser para toda la familia no sólo cuando juega la Selección sino todos los fines de semana, desgraciadamente ofreció el último domingo en Avellaneda otro episodio repudiable, con las fuerzas de seguridad como protagonistas. Durante el encuentro que el equipo de Ariel Holan disputaba con Vélez, los simpatizantes de Independiente colgaron en la tribuna una bandera con una leyenda que no dejaba bien parada a la AFA y que resumía el descontento de la hinchada por fallos arbitrales que supuestamente perjudicaban al Rojo. Y para retirarla, la policía decidió ingresar a las gradas. Ahí se produjo un encontronazo que desencadenó el brutal accionar por parte de las supuestas fuerzas del orden, que lo único que lograron al compás de las balas de goma fue sembrar alarma entre los aficionados, en su mayoría padres con sus hijos. Esos desconcertados espectadores debieron abandonar súbitamente la tribuna sur para ponerse a resguardo no sólo de la represión policial sino, también, de hinchas exacerbados que respondían a la bonaerense a pura pedrada. En síntesis, un verdadero desorden que se cobró algunos heridos, muchas corridas y destrozos en el estadio.

Lo que en el Libertadores de América debía ser una fiesta luego de que el equipo local se alzara con su segunda victoria en el campeonato, devino violencia inusitada e innecesaria. Independiente le ganaba 1-0 con justicia a Vélez 1-0 y sobre el final se generó la gresca. Un trapo desplegado en la alambrada con un mensaje alusivo a la AFA (“Basta de AFAno”, se leía) desató el enfrentamiento entre la policía que efectuó disparos de balas de goma e hinchas armados con piedras.

“No estaba en la cancha cuando sucedieron los incidentes. La secuencia la tengo que seguir a través de las filmaciones. No di la orden, pero no hubo una brutal represión, los heridos son todos policías”, aseguró a radio La Red Juan Manuel Lugones, secretario ejecutivo de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide). “El árbitro les dijo a las autoridades de Independiente que debían sacar la bandera. Si no, el partido no seguía. Un grupo de policías ingresó a la tribuna y retiró la bandera sin agredir a nadie. Pero otros hinchas empezaron a tirar piedras”, explicó Lugones, que concluyó: “Tenemos que analizar si estuvo bien ingresar a la tribuna y determinar quién fue el responsable. Los incidentes sucedieron cuando finalizó el partido. Vamos a corregir lo que se hizo mal para que los hinchas puedan ir a la cancha, si es que hubo una mala praxis policial. Entiendo a los simpatizantes agredidos, pero no a los que tiraron piedras”.

En tanto, el presidente de Independiente, Hugo Moyano, declaró a una radio partidaria que los incidentes eran “lamentables”. El secretario general Hugo Maldonado no se quedó atrás y calificó como “vergonzosa” la represión a los hinchas. Una vez más el club de Avellaneda sufría incidentes en inmediaciones de su estadio, como en la revancha de octavos de final de la Copa Sudamericana ante Atlético Tucumán, donde hubo 120 barras detenidos. Una vez más, la violencia.