El banco Sabadell, el quinto más grande de España por activos, decidió ayer sacar su sede social de Cataluña y trasladarla a la ciudad de Alicante, en el este del país, debido a las turbulencias derivadas del desafío separatista en la región. De igual manera, CaixaBank prevé convocar hoy un consejo de administración extraordinario para aprobar el traslado de su sede social fuera de Cataluña, previsiblemente, a Baleares. 

La decisión fue adoptada ayer durante una reunión extraordinaria del consejo de administración y podría hacerse efectiva en cuestión de  horas, según confirmó la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en un comunicado. El traslado se refiere a la sede social situada hasta ahora en la ciudad de Sabadell, donde se celebra por ejemplo la junta de accionistas, pero no a la sede fiscal, donde el banco paga impuestos. Los servicios centrales del instituto continuarán en Barcelona.

El cambio de domicilio social garantiza que la entidad siga estando bajo el paraguas regulatorio del Banco Central Europeo (BCE) en caso de secesión, lo que garantiza los intereses de accionistas, clientes y empleados dentro de cualquier escenario.

La medida tiene un fuerte carácter simbólico y busca aportar tranquilidad ante el plan secesionista en Cataluña, un gesto que ya analizan otros bancos. El primero en la lista es CaixaBank, el mayor banco de Cataluña y el tercero de España. La entidad celebrará hoy una reunión extraordinaria de su consejo de administración para estudiar el posible traslado de su sede social a las islas Baleares, adelantaron ayer los medios españoles.

Este cambio sería posible precisamente a la modificación legal que prepara el gobierno de Mariano Rajoy, ya que le permitiría realizar el trámite sin someter la decisión a la aprobación de la junta de accionistas. 

Sabadell especulaba desde hacía meses con este paso si escalaba la crisis en Cataluña, algo que ocurrió los últimos días con el referéndum soberanista celebrado el 1 de octubre en la región y con el plan para una declaración de independencia en los próximos días.

Tanto Sabadell como CaixaBank venían siendo castigados en la Bolsa por la incertidumbre sobre el futuro de la crisis con Cataluña y arrastraban caídas superiores al cinco por ciento desde el referéndum del domingo. La caída de las entidades lideró el miércoles el desplome del Ibex, principal indicador de la Bolsa de Madrid, que sufrió su peor caída desde el referéndum del “Brexit” en junio de 2016 y se hundió un 2,85 por ciento hasta perder la barrera de los 10.000 puntos.

Sabadell inició ayer la sesión con pérdidas, pero su cotización se disparó en cuanto se difundió su posible salida de Cataluña y cerró la jornada revalorizado un 6,16 por ciento. También las acciones de CaixaBank aumentaron un 4,93 por ciento. Algo similar ocurrió anteayer con la empresa biotecnológica Oryzon, que registró un fuerte repunte en Bolsa después de anunciar que trasladará su sede desde la localidad catalana de Cornellà de Llobregat a Madrid.

Antes del Sabadell, otras empresas han optado por cambiar su sede social y, así, la operadora de telecomunicaciones Eurona Wireless ha acordado trasladarse de Barcelona a Madrid. La aseguradora Catalana Occidente, con sede en la periferia de Barcelona, sigue de manera atenta la situación política que se vive en Cataluña y se plantea “tomar las medidas oportunas para preservar los intereses de los clientes, trabajadores, mediadores y accionistas”, según fuentes del sector. El grupo, que cuenta con 1.600 oficinas y 19.000 corredores de seguros, está preparado para aplicar medidas “de forma ágil” cuando lo considere adecuado y sigue de manera atenta “todos los acontecimientos que están ocurriendo” para actuar “en función de cómo se desarrollen éstos”.

Con todo, el vicepresidente del Ejecutivo regional y uno de los principales líderes del movimiento secesionista, Oriol Junqueras (ERC, izquierda republicana), rechaza que vaya a haber “una huida de empresas de Cataluña”. Según Junqueras Cataluña está “en récords históricos de inversión extranjera directa” y “de exportaciones”. Por su parte la diputada regional Eulália Reguant, perteneciente al partido antisistema e independentista CUP, se mostró partidaria de que los catalanes “dejen de trabajar” con Caixabank y Banco Sabadell, así como con el BBVA, la segunda entidad bancaria española, y que apuesten por un banco público o por cooperativas de crédito.